Señor Presidente:
Quienes nos han atacado en este debate, y sus cómplices, lo cual rechazamos, deben tener claro que Cuba no entregará la Revolución. Mi país es ejemplo de creación heroica. Como expresó el presidente Miguel Díaz-Canel: “Cuba se ha convertido en ejemplo de real disidencia a la hegemonía global impuesta por la dictadura del Capital. Mientras más nos agreden, mientras más nos intimidan, más crece la voluntad y la fuerza nacional: ¡La unidad!”
Señor Presidente:
Cuba continuará denunciando el uso de este Consejo como escenario de confrontación política. En nombre de la defensa de los derechos humanos no puede singularizarse a países, con fines que nada tienen que ver con una real voluntad de avanzar en la promoción y protección de los derechos humanos.
Debe finalizar la nociva práctica de algunos países de socavar el diálogo y la cooperación, y de promover la manipulación, el enfoque punitivo y la selectividad en el tratamiento de los derechos humanos. Deben dejar de pretender subordinar este foro a agendas de subversión e intentos de cambios en el orden constitucional de países soberanos.
Señor Presidente:
¿Hasta cuando persistirá el doble rasero? No hemos escuchado críticas ni iniciativas sobre las graves y flagrantes violaciones de derechos humanos de los poderosos. No se condenan a quienes imponen medidas coercitivas unilaterales; ni las amenazas y agresiones contra países del sur.
Muchos de los que hablan de libertades fundamentales, enfrentan manifestaciones con sofisticados medios de represión y violencia policial. Citan la libertad de opinión, pero promueven abiertamente la violencia, el discurso de odio y las noticias falsas con fines políticos, en grandes conglomerados mediáticos y en redes sociales.
Cómo puede pretenderse que sea creíble la preocupación de algunos países por la democracia, cuando discriminan y segregan minorías étnicas, permiten la explotación forzada de refugiados y solicitantes de asilo, mantienen cárceles secretas, enjaulan a niños inocentes, asesinan o encarcelan activistas y líderes sociales.
No permitamos que predomine la politización y la selectividad. La supervivencia política del Consejo de Derechos Humanos sólo podrá garantizarse con un verdadero espíritu de cooperación y diálogo.
Muchas gracias.