Intervención de Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba, en el debate general del Tema 3 de la Agenda titulado “Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo”. 51º período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos. Ginebra, septiembre de 2022.
Señor Presidente:
En la actual coyuntura internacional, en que se han agravado las desigualdades sociales y han quedado al descubierto las nefastas consecuencias del injusto orden internacional impuesto al mundo, la promoción y protección de todos los derechos humanos debe ser una prioridad para todos los Estados.
No es suficiente el compromiso a nivel discursivo. Los supuestos promotores de las libertades individuales son quienes imponen medidas coercitivas unilaterales. Cuba ha sido víctima por más de 60 años del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, agravado de forma extrema, incluso durante la pandemia de Covid-19. El reclamo mayoritario de la comunidad internacional para el levantamiento de esa política de bloqueo ha sido ignorado.
Señor Presidente:
Cuba seguirá siendo un ejemplo y continuará avanzando en la promoción y protección de los derechos humanos. Dentro de 5 días, el pueblo cubano votará en referendo sobre el nuevo Código de las Familias, luego de un masivo y democrático proceso de consulta popular.
Se hace necesario adaptar la legislación al nuevo contexto social y demográfico cubano y a los preceptos establecidos en la Constitución de la República, de modo que refleje y responda a la diversidad de las familias cubanas.
Es coherente, además, con los resultados de la ciencia del Derecho de Familia y de la práctica judicial en Cuba, y tiene en cuenta los avances en la legislación de otros países sobre esta materia.
Se trata de un proyecto de ley contemporánea, inclusiva y respetuosa de todos los derechos para todas las familias.
Señor Presidente:
Mientras algunos países apuestan por la solidaridad sin exclusiones, otros incrementan las medidas coercitivas, las listas de certificación unilaterales, las agresiones y amenazas de todo tipo. Mientras algunos países promueven la cooperación y el diálogo, otros insisten en estigmatizar a los países que no se alinean con sus supuestos modelos de democracia y utilizan los derechos humanos como arma política contra terceros.
Reiteramos la urgencia de evitar que el sistema de derechos humanos continúe cayendo en una crisis insalvable de legitimidad y credibilidad. El nuevo Alto Comisionado y la Oficina deberán jugar un importante papel en ese objetivo, para lo cual le reiteramos el compromiso de Cuba, sobre la base del diálogo, la cooperación y respeto mutuo.
Muchas gracias.