Señor presidente:
Ante todo, permítame felicitarlo por su elección para presidir nuestras labores, y asegurarle el apoyo de mi delegación. Reitero también el compromiso de Cuba con el mandato de este Grupo de Trabajo.
Señor presidente:
A 20 años de la adopción de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, están muy lejos de alcanzarse los objetivos trazados para la lucha contra todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia.
Las crisis globales multidimensionales han exacerbado las desigualdades estructurales, la discriminación y la exclusión.
Persiste el racismo estructural, particularmente en los países capitalistas desarrollados, quienes aún no asumen su responsabilidad histórica en la imposición de un orden mundial injusto y desigual, basado en la filosofía del saqueo, el coloniaje y la esclavitud.
Señor presidente:
Precisamente hoy se cumplen 154 años de que Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, diera la libertad a sus esclavos y los llamara a luchar por la libertad de Cuba. Por eso, la lucha por la independencia de Cuba no puede verse separada de la lucha por la igualdad entre los hombres.
Lamentablemente, no fue hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, en que pudo eliminarse un sistema neocolonial, caracterizado por la discriminación racial institucionalizada.
Señor presidente:
El pueblo de Cuba es uno solo, afrolatino, caribeño y mestizo. En Cuba, con independencia del color de nuestra piel, todos somos afrodescendientes.
En Cuba, la apología del odio, la xenofobia, la intolerancia y las ideas supremacistas sobre bases de origen nacional, religioso o étnico, son ajenas a la vida política y social del país.
La Constitución de la República, aprobada en referendo por la abrumadora mayoría del pueblo en el año 2019, ratificó y fortaleció el reconocimiento y la protección del derecho a la igualdad, así como la prohibición de la discriminación.
Además, continuamos profundizando el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, cuya implementación ha permitido identificar brechas de inequidad racializadas y, a partir de ello, trabajar de forma intencionada para eliminar los vestigios de discriminación.
No descansaremos en el propósito de alcanzar toda la justicia social. Los pueblos del mundo podrán contar siempre con el aporte de Cuba para que los compromisos que asumimos hace más de 20 años en Durban se hagan realidad.
Muchas gracias.