Señora Presidenta:
Tomamos nota de la documentación presentada bajo este tema.
Condenamos las continuas amenazas y las medidas coercitivas unilaterales, entre otras agresiones y acciones de desestabilización e injerencia contra países en desarrollo, que constituyen violaciones graves de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, y que emplean como justificación, una narrativa manipulada e hipócrita sobre los derechos humanos.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, se recrudeció a niveles sin precedentes en plena pandemia de Covid-19, reforzando así su naturaleza criminal y genocida. El bloqueo constituye el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de mi país. Es una violación flagrante del Derecho Internacional y la Carta de la ONU.
Reiteramos nuestro más absoluto y firme rechazo a la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo, medida adoptada por la administración del ex presidente Donald Trump.
Reafirmamos nuestra invariable solidaridad con Nicaragua y Venezuela. Saludamos la visita de la Relatora Especial sobre Medidas Coercitivas Unilaterales a Venezuela, que demuestra de manera fehaciente el criminal impacto de la guerra económica contra dicho país en el disfrute de los derechos humanos.
Señora Presidenta:
En el trabajo de la Oficina de la Alta Comisionada, la imparcialidad y la universalidad en el tratamiento de los derechos humanos, así como la lucha contra la politización y la selectividad, deben ser una prioridad. Exhortamos a la Oficina a mantener esfuerzos por contribuir al respeto, al enfoque equilibrado, a la objetividad, al diálogo y la cooperación, de los que tanto carece este Consejo y en general la maquinaria de derechos humanos.
Finalmente, reafirmamos el compromiso de Cuba con la promoción y protección de los derechos humanos, y su firme voluntad de continuar trabajando en base al diálogo respetuoso y la cooperación.
Muchas gracias.