Señor Presidente:
El impacto de la pandemia de la COVID-19 ha agudizado las inequidades estructurales y ha provocado una crisis multidimensional, que alcanza los sectores sanitario, alimentario, ambiental, energético, económico y financiero. Los países más vulnerables continúan quedando desprotegidos, mientras las naciones ricas y sus élites incrementan sus millonarias ganancias.
Esta situación tiene un reflejo en el acceso a los tratamientos y vacunas contra la COVID-19. Mientras en los países de altos ingresos la gran mayoría de la población se ha vacunado con esquemas completos, en los países de bajos ingresos cientos de millones de personas aún esperan su primera dosis. Lamentablemente, se ha impuesto el egoísmo y no la solidaridad internacional. La salud continúa siendo una mercancía y no un derecho humano.
Señor Presidente:
Desde el inicio de la enfermedad, Cuba ha enfrentado la pandemia con un sistema de gestión basado en la ciencia y la innovación, apoyado en una cobertura de salud 100% gratuita, accesible, integral, sin discriminación y con participación comunitaria e intersectorial.
Fruto del talento y la consagración de nuestros científicos, de la visión de Fidel Castro de apostar por un futuro de hombres de ciencia, y de la prioridad concedida por el gobierno cubano, logramos desarrollar y producir tres vacunas propias contra la COVID-19 y otros dos candidatos vacunales. Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus son la esperanza de un pueblo, más protegido, más inmune, más feliz.
Al cierre del 10 de febrero, Cuba acumulaba más de 43 millones de dosis suministradas. El 90,3% de la población cubana había recibido esquema completo de vacunación. Cuba es también el primer país en realizar una campaña de vacunación masiva en población pediátrica, a partir de los 2 años de edad.
De igual forma, compartimos nuestros logros con países necesitados. En los momentos más duros de la enfermedad, 58 brigadas médicas cubanas, integradas por cerca de 5 mil profesionales de la salud, apoyaron el combate a la pandemia en 42 países y territorios. En la cúpula de la Mole Antonelliana de Turín pudo leerse: ¡Gracias Cuba!
Señor presidente:
El combate a la pandemia solo será efectivo si se hace desde la cooperación y la solidaridad internacionales. Resulta imprescindible trabajar para lograr sistemas sanitarios resilientes, basados en la atención primaria de salud, con un enfoque amplio y novedoso, que tributen a la salud de todos por igual.
Cuba ratifica su compromiso de seguir compartiendo sus experiencias con otras naciones, y apostando por la cooperación solidaria y la búsqueda de soluciones globales a los problemas comunes.
Muchas gracias