Señor Presidente,
Permítanos reiterar nuestro agradecimiento a usted, por la convocatoria a esta plenaria y la acertada selección del tópico a abordar.
El contexto internacional y el progresivo deterioro de la arquitectura multilateral de desarme y control de armamentos, demandan más que nunca, discusiones serias y progreso significativo en materia de desarme nuclear.
La única forma de prevenir una guerra nuclear es mediante la eliminación total, de manera transparente, verificable e irreversible, y en plazos multilateralmente definidos, de este armamento.
A más de 50 años de la adopción y entrada en vigor del Tratado sobre la No Proliferación Nuclear (TNP), el progreso en la implementación del artículo VI es insuficiente y constituye un factor que mina la credibilidad del régimen. En agosto de 2024, esta sede acogerá el Segundo Comité Preparatorio de este instrumento, con miras a la próxima Conferencia de Examen de 2026. Será la primera vez que nos enfrentamos a dos fracasos consecutivos en la historia de este instrumento. Para mi delegación, ello nos conmina a atender el pilar I del TNP sobre Desarme Nuclear con la urgencia que merece, y evitando los enfoques incrementales o paso a paso que tan limitados avances han traído.
Señor Presidente,
Los más de 120 Estados que negociaron el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) y la rápida entrada en vigor de este instrumento, evidencian el cambio en la naturaleza del debate sobre el desarme nuclear.
Con el TPAN, la mayoría de la comunidad internacional ha dejado claramente establecido que las armas nucleares no son solo inhumanas, inmorales y éticamente indefendibles; sino también ilegales. Para mi delegación este Tratado es una medida necesaria y complementaria para la efectiva implementación del Artículo VI del TNP. Su progresiva universalización contribuirá a los esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares.
Señor Presidente,
En el contexto del TNP, la Conferencia y la Comisión de Desarme, y otros espacios multilaterales relevantes, no se puede subvertir y/o suplantar la naturaleza de los debates sobre desarme nuclear con otras nociones de menor entidad como la reducción de riesgos nucleares.
Las reducciones en despliegue y estado operacional, de conjunto con otras medidas, no pueden constituir una alternativa a la reducción irreversible y la eliminación total de las armas nucleares; máxime cuando las disminuciones en el total de ojivas a las que hemos asistido en las últimas décadas se ven cada vez más socavadas por la modernización de las armas nucleares, sus sistemas vectores y la infraestructura conexa, incluyendo las estructuras de comando, control, comunicaciones y cómputo.
Señor Presidente,
En cualquier debate sobre prevención de una guerra nuclear, debe examinarse el papel y la importancia de las armas nucleares en los conceptos, doctrinas y políticas militares. Para nuestra delegación, este rol debe erradicarse, en tanto el uso de este tipo de armas es completamente incompatible con el Derecho Internacional, y particularmente el Derecho Internacional Humanitario.
A pesar de la grave amenaza existencial que representan las armas nucleares, se argumenta que el entorno actual no es propicio para el desarme, y que no es realista pretender la eliminación de las armas nucleares en este momento. Cuba no comparte este enfoque.
Por el contrario, vemos mérito en la visión articulada por el Secretario General de las Naciones Unidas en su “Agenda para el Desarme” de 2018, donde expresa que los esfuerzos para el desarme cobran más relevancia en un entorno de seguridad deteriorado. No es realista esperar a que surja un entorno de seguridad perfecto. Dadas las tensiones globales, la erradicación del arma nuclear como un medio de guerra es apremiante.
Señor Presidente,
Concluyo reiterando que, para Cuba, el desarme nuclear es y debe continuar siendo la más alta prioridad en la esfera del desarme y del trabajo de este órgano. Agradecemos que, bajo su liderazgo, estemos viendo un reflejo de dicha prioridad en las discusiones en curso.
Muchas Gracias.