Señor Presidente:
Lo felicitamos por su reeleción y le deseamos todo el éxito en el desarrollo de sus funciones. Cuba ratifica su compromiso con las labores del Grupo de Trabajo y su voluntad de continuar participando activamente en las deliberaciones de este importante tema, e intercambiar de manera constructiva con todas las delegaciones a fin de alcanzar resultados concretos en esta sesión.
Señor Presidente:
El derecho al desarrollo constituye un derecho universal e inalienable, y no puede negarse que es un derecho tanto de los pueblos como de los individuos. Es un derecho colectivo que todos debemos disfrutar, y en consonancia promover y respetar.
La desigualdad entre naciones ricas y pobres, y sus implicaciones económicas, sociales y culturales, constituye todavía uno de los principales obstáculos que atentan contra la realización del derecho al desarrollo.
En el contexto de pandemia de COVID-19 estas desigualdades no solo se han hecho evidentes, si no que se han profundizado considerablemente.
La implementación efectiva de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo continúa siendo una quimera, a pesar de las más de tres décadas transcurridas desde su adopción por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Enfatizamos el respaldo de nuestra delegación a estos esfuerzos, y al proyecto de documento vinculante, al cual enviamos en su momento nuestras propuestas de lenguaje. El proceso para la elaboración del documento continúa avanzando de manera lenta, y resulta lamentable que sea sin la participación efectiva y comprometida de todas las delegaciones.
Resulta lamentable la falta de voluntad política de muchos países desarrollados, e incluso algunos estados en desarrollo, que niegan el derecho colectivo al desarrollo, y año tras año obstaculizan el avance de su implementación, y su reconocimiento jurídico en los organismos internacionales.
Señor Presidente:
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. contra Cuba, recrudecido de manera cruel y a niveles extremos, incluso en el contexto de la pandemia, constituye una flagrante violación de los derechos humanos del pueblo cubano y el principal obstáculo para la realización del derecho al desarrollo.
Esta política genocida contra Cuba es rechazada, cada año, de manera casi unánime, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y por más de una treintena de mandatarios durante el Debate General de la Asamblea.
Señor Presidente:
Cuba reitera que si hubiera voluntad política de los países desarrollados, y con relativamente pocos recursos, podría hacerse mucho por el derecho al desarrollo de los Estados y de miles de millones de personas en todo el mundo.
Muchas gracias.
