Intervención de Wilfredo Gonzalez Vidal, viceministro primero de Comunicaciones de la República de Cuba, en la Mesa redonda de alto nivel: “Fortalecer la Agenda 2030 y erradicar la pobreza en tiempos de múltiples crisis: la puesta en práctica efectiva de soluciones sostenibles, resilientes e innovadoras”, en el 27 período de sesiones de la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas.
Señora presidenta,
Estimados delegados,
Agradezco la oportunidad de participar en el debate sobre un tema tan importante en los esfuerzos para la promoción del desarrollo sostenible y la implementación de la Agenda 2030.
En las últimas décadas, la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico sin precedentes, con una capacidad extraordinaria para generar riqueza y bienestar que, en condiciones de mayor igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos y sostenibles para todos los pobladores del planeta.
Para subrayar el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en el debate político asociado al desarrollo, se celebró en La Habana, Cuba, en el pasado mes de septiembre, una Cumbre del G-77 y China.
Los resultados de los debates de los Jefes de Estado y de Gobierno y demás personalidades presentes en La Habana quedó plasmado en la Declaración Final de esta Cumbre, la cual guarda una gran relación con la temática de esta Mesa redonda de alto nivel.
Es por ello que solicito a la Secretaría de la Comisión que incluya la Declaración de la Habana sobre “Retos Actuales del Desarrollo: Papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”, como documento oficial del 27 Período de Sesiones de la CCTD, y sea colocada en su página web.
Señora presidenta,
Estimados delegados,
Permítanme abordar brevemente la puesta en práctica efectiva de una solución sostenible, resiliente e innovadora. Me refiero al enfrentamiento exitoso a la epidemia de la COVID en Cuba, que contiene lecciones que pudieran ser extrapolables a otros contextos y otras situaciones de crisis.
Cuba movilizó para el control de la COVID19, fortalezas que habían sido construidas en las décadas precedentes, tales como la existencia un sistema único de salud de amplia cobertura, gratuito y accesible, que había cosechado ya éxitos en la educación sanitaria de la población, la reducción de la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida al nacer y la cobertura de vacunaciones.
A ello se sumó el capital humano, médico y científico, que permite contar con la mayor tasa de médicos por habitante del mundo y la existencia de una industria farmacéutica y biotecnológica nacional, con base científica. Estas capacidades, que existían previamente a la pandemia, permitieron la implementación de un protocolo nacional de actuación, la reducción de la trasmisión y la letalidad, y el desarrollo y producción de tres vacunas autóctonas.
Además, se estableció una amplia comunicación entre el sector científico y la dirección del Estado en el asesoramiento continuo para la toma de decisiones. El Gobierno cubano ha declarado que la ciencia y la innovación constituyen uno de los tres pilares para su gestión, de conjunto con la transformación digital y la comunicación social.
Este ingente esfuerzo se llevó a cabo, al igual que en muchos otros países en desarrollo, enfrentando los colosales desafíos que son consecuencia del injusto orden internacional vigente.
A esta compleja situación, se añaden los efectos de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, que violan la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
En el caso de Cuba, durante más de seis décadas ha sido víctima del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, que constituye el principal freno para el desarrollo económico y social del país. Ningún ciudadano o sector de la economía cubana escapa de las afectaciones provocadas por esta ilegal política, y el ámbito de la ciencia y la innovación no es la excepción.
Señora presidenta,
Estimados delegados,
El enfrentamiento a la pandemia a nivel global se caracterizó por la rápida y eficaz cooperación entre científicos de todo el mundo, lo que generó soluciones urgentes a numerosos problemas sanitarios, entre ellos, las vacunas.
También se evidenció que el Estado tiene roles importantes que cumplir en la producción, difusión y uso del conocimiento.
Toda esta experiencia acentúa la conveniencia de la cooperación científica global, habitualmente limitada por la dinámica privatizadora del conocimiento.
Es preciso derribar las barreras internacionales que obstaculizan el acceso al conocimiento por los países en desarrollo y el aprovechamiento por parte de ellos de factores tan determinantes para el avance económico y social.
Son las barreras íntimamente asociadas a un orden económico internacional injusto e insostenible, que perpetua condiciones de privilegio para los países desarrollados y relega a condiciones de subdesarrollo a una parte mayoritaria de la humanidad.
Sin atender esos temas, no se podrá alcanzar de ningún modo el desarrollo sostenible ni fortalecer la agenda 2030 y erradicar la pobreza en tiempos de múltiples crisis.
Muchas gracias
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