Señor Presidente:
Cuba reitera su apoyo al Examen Periódico Universal (EPU). No es perfecto, pero ha demostrado ser el mecanismo más efectivo de que dispone el Consejo para contribuir a la causa de los derechos humanos.
Cada uno de los países se somete, en igualdad de condiciones, al escrutinio del resto. Nadie queda exento.
El EPU demuestra que ninguna nación está libre de retos ni puede proclamarse un paradigma. Nadie tiene autoridad para utilizar los derechos humanos como pretexto para estigmatizar a otros Estados.
El EPU también evidencia que no puede haber modelos únicos. Brinda un espacio necesario para que los Estados dialoguemos, compartamos experiencias y aprendamos unos de otros.
No faltan los que abusan del EPU y tratan de contaminarlo con sus cuestionamientos irrespetuosos, injerencistas y políticamente motivados contra otros Estados.
Son los mismos que pretenden convertir este órgano en un tribunal contra determinados países e insisten en imponer resoluciones punitivas y confrontacionales que no cuentan con el consentimiento de los Estados concernidos.
A diferencia del EPU, esos mecanismos punitivos e injerencistas no han contribuido ni contribuirán a mejorar la situación de derechos humanos en ninguna parte. Dañan la credibilidad del Consejo y son un despilfarro de dinero.
Resulta imperativo garantizar los recursos necesarios para apoyar la adecuada participación de los países en desarrollo en el EPU.
Señor Presidente:
Cuba aceptó más del 80% de las recomendaciones recibidas en el cuarto ciclo del EPU, un resultado relevante, teniendo en cuenta que la media global de recomendaciones aceptadas es del 76%.
Hemos diseñado una estrategia nacional de seguimiento e implementación de las recomendaciones aceptadas. En ese contexto, desarrollamos múltiples acciones de asistencia técnica, incluidos talleres con las entidades nacionales correspondientes y consultas con la sociedad civil.
Continuaremos promoviendo la cooperación técnica con los mecanismos de derechos humanos, incluyendo la Oficina del Alto Comisionado. Nos satisface poder mostrar experiencias positivas de uso efectivo de los recursos de la Organización para implementar acciones con real impacto en el terreno.
Cuba continuará avanzando en la implementación de las recomendaciones aceptadas. Ante la polarización y la politización imperantes en el tratamiento de los derechos humanos, seguiremos defendiendo el EPU como mecanismo basado en el diálogo interactivo respetuoso y la genuina cooperación.
Muchas gracias.
