Fragmento del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura de la VIII Conferencia de la Asociación Americana de Juristas, celebrada en el Palacio de las Convenciones, el 17 de septiembre de 1987
¿No es humana una revolución que en 28 años ha salvado la vida de más de 300 000 niños de diversas edades, que habrían muerto estadística y matemáticamente de forma segura sin la Revolución? ¿O es más humano y más democrático aquel sistema que deja que esos 300 000 niños mueran olvidados y sin que nadie los mencione? Sin contar los padecimientos o, incluso, la invalidez física o mental de otros, como ocurre con la poliomielitis, que todavía está produciendo inválidos cuando vale unos centavos la vacuna. Porque hay sistemas que no se preocupan siquiera de gastarse unos centavos para proteger a los niños de la muerte por poliomielitis o la invalidez.
¿Es más humana esa sociedad que la nuestra? ¿Es más humana que una sociedad que lleva a cabo programas cada vez más ambiciosos, cada vez más prometedores no solo para preservar la vida, sino para evitar la tragedia; que lleva a cabo ya un programa de genética prenatal masivo, como no lo tiene ningún otro país; que podrá detectar precozmente una malformación congénita de cualquier tipo incompatible con la vida, sea del tubo neural, que da origen a nacimientos de monstruos, o sea una cardiopatía congénita incompatible con la vida, que podrá detectarse precozmente, de acuerdo con los programas que tenemos; o saber si un niño recién nacido padece de hipotiroidismo y evitar que se le produzca un retraso mental mediante un tratamiento sencillo; o que es alérgico, de lo cual siempre hay un porcentaje alto, un 13% en nuestro país, para citar un ejemplo, para prevenir todas esas enfermedades que traen dolor y sufrimientos? ¿Son más humanas esas sociedades que ni siguiera se acuerdan de eso, ni los toman en cuenta nunca, o es más humana la sociedad que se desvela y hace los esfuerzos que realiza la nuestra en esos casos?
¿Es más humana la sociedad donde los servicios del médico no están al alcance de la inmensa mayoría de la población, más humana que una sociedad donde un trasplante del corazón, que vale en cualquier lugar más de 100 000 dólares, se le hace gratis a cualquier ciudadano, aunque se trate de un gusano contrarrevolucionario, enemigo de la Revolución? (Aplausos.) ¿Es más humana la sociedad norteamericana acaso, donde se hace tanta demagogia y tanta politiquería cuando hay que hacer un trasplante, y colectas públicas, y generosos millonarios que descargan su conciencia entregando 10 000 dólares para salvar a la criatura? Nada de eso ocurre en nuestra sociedad para un trasplante de riñón, o para un trasplante de páncreas, o para un trasplante del corazón, técnica que a pesar del bloqueo hemos podido ya desarrollar en nuestro país con éxito, y la seguridad que tiene cualquier ciudadano, ¡cualquiera!, el más humilde ciudadano sin discriminación alguna.
¡Ah!, ¿acaso es más humana aquella sociedad que bloquea a nuestro país, que prohíbe la exportación de medicinas a Cuba, no solo de cualquier equipo médico que tenemos que irlo a buscar allá cuando es de área capitalista, o en Japón, o en Suiza, o en Francia, o en RFA, o en Inglaterra, porque les tienen prohibido vender un equipo que pueda salvar una vida? ¿Es más humana aquella sociedad que prohíbe exportar, incluso, una aspirina a este país? Y aquí pudiera morir una persona si necesita una medicina que solo la tenga Estados Unidos, porque ese país que tanto habla de los derechos humanos, prohíbe incluso la exportación de una aspirina. ¡Vean hasta donde llega el brutal y despiadado bloqueo de ese gobierno hipócrita, que quiere sentar a Cuba en el banquillo de los acusados con relación a los derechos humanos!
¿Son más humanos otros sistemas, donde usted no se encuentra para el servicio del pueblo —sí algunas clínicas privilegiadas— una terapia intensiva infantil? En nuestra patria todos los niños, todos los hospitales pediátricos, tienen la terapia intensiva pediátrica, con los equipos más modernos y el personal especializado dedicado a eso.
He mencionado solo algunos programas, porque son muchos los que se están haciendo en este país. Podría hablar del médico de la familia, que ya cubre las montañas orientales, que ya cubre grandes áreas de nuestro país, institución nueva, que no la tiene ningún otro país del mundo, surgida aquí en la Revolución (Aplausos), donde hay incorporados miles de médicos jóvenes, excelentemente bien preparados, donde trabajarán 20 000 médicos en el período solo de unos 10 años más.
¿Es más humana una sociedad donde todos los médicos están concentrados en las capitales y donde millones de personas no tienen servicio, o el sistema que sembró de hospitales y policlínicos todo el país, y no conforme con llevar la red primaria al policlínico a nivel de 25 000 o 30 000 personas, ya lleva el médico a la comunidad, a nivel de 500 o 600 personas, que de día y de noche está allí, guardián de la salud de cada ciudadano? ¿Es más humano ese régimen donde no se puede imaginar semejante cosa; al que el imperio le roba sus mejores cerebros, apelando a sus posibilidades, a sus recursos económicos como ocurre con muchos valores latinoamericanos? Allá están en el imperio. ¿Es más humana la sociedad o el sistema que permite que le roben sus mejores valores, que tanto necesita, y que van allí a elevar el abismo que existe entre los desarrollados y subdesarrollados? Y lo que pasa aquí con relación a América Latina y a Estados Unidos, pasa allá en Europa con relación al África, donde los mejores valores de la medicina y de la ciencia se quedan en Londres, o se quedan en París, o se quedan en cualquier parte y no regresan a sus países.
Las perspectivas de vida —que decía Escalona— se calcula que eran de 55 años; hoy en nuestro país es de 74 años. En 10 años más, las perspectivas de vida, con estos programas que estamos llevando a cabo, rebasarán los 80 años. Estamos igual que Estados Unidos, en 10 años más estaremos por delante de Estados Unidos, ese país que nos bloquea (Aplausos).
Miles de médicos y técnicos cubanos prestan servicios en países del Tercer Mundo; personal de la salud, más de 2 000, y en nuestro programa de desarrollo de la ciencia médica y formación de personal médico, están incluidos 10 000 médicos para el año 2000 trabajando en el exterior. Nuestro país, por el esfuerzo de la Revolución, no solo le brinda salud a toda la población y está llevando ya los sistemas de atención primaria a algo tan sofisticado, pudiéramos decir, como el médico de la familia, sino que nuestro país tiene más médicos trabajando en el exterior que la Organización Mundial de la Salud de Naciones Unidas, y trabajando gratuitamente en el exterior (Aplausos), ¡trabajando gratuitamente en el exterior! ¿Es más humano el sistema que le roba los médicos y los cerebros al Tercer Mundo, o el país que manda allá a sus hijos, médicos, maestros, ingenieros, a cualquier lugar del mundo por lejos que esté; un país que en el capitalismo no tenía ni maestros para enviar a las montañas, porque no había maestros educados con esa disposición; no tenía médicos educados para enviar a las montañas, y hoy, gracias a su política humana, la educación de su pueblo, el desarrollo de una conciencia internacionalista, puede mandar médicos y maestros hasta el propio Vietnam, a Lao, Kampuchea, Etiopía, Angola, Mozambique, Guinea Bissau, Benin, Mali y decenas de países? (Aplausos).
Nuestro país hoy día tiene más de 22 000 becados extranjeros procedentes de más de 80 países que reciben la educación absolutamente gratuita. ¿Es más humano el sistema que les roba los técnicos a los países que tanto lo necesitan, o el sistema que es capaz, en un pequeño país como Cuba, de formar decenas de miles de técnicos de países del Tercer Mundo? ¿Dónde está el humanismo de aquel sistema? ¿Dónde está la crueldad del nuestro?