El viernes 20 de diciembre tuvo lugar frente a la Embajada de los EE.UU. en Cuba una masiva marcha de una hora y 45 minutos que contó con la participación de más de 500 mil personas, en representación del pueblo cubano.
La marcha fue una masiva manifestación para denunciar y exigir el cese del criminal bloqueo económico, comercial y financiero de los EE.UU. contra Cuba y la exclusión de la unilateral lista de EE.UU. de países que patrocinan el terrorismo.
La multitudinaria demostración fue encabezada por el General de Ejército y líder de la Revolución, Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República y los principales líderes del país.
La mayor movilización popular de los últimos tiempos en Cuba constituyó una demostración del consenso social, la gobernabilidad y del apoyo popular y confianza en la Revolución y sus líderes. Representó, además un acto de unidad y de resistencia y defensa de la patria, frente a las amenazas de Estados Unidos.
Se apreció la confianza y el optimismo de los cubanos a pesar de las dificultades cotidianas en el suministro de alimentos, medicinas, electricidad y el transporte, causadas por el férreo y prolongado bloqueo económico.
Fue una manifestación en defensa del Derecho del pueblo cubano a vivir en paz, sin interferencias y a elegir su destino, en virtud del Derecho a la Libre Determinación y en defensa de la soberanía e independencia de Cuba.
Al hablar a sus compatriotas, el mandatario cubano recordó que la actual administración norteamericana, a la que a partir de este 20 de diciembre le queda exactamente un mes en la Casa Blanca, «no ha hecho nada por alejarse de la línea de bloqueo reforzado y asfixia económica a Cuba, que le dejó como herencia la administración republicana que en enero regresa a la Oficina Oval».
El Presidente de la República subrayó que son numerosos los pronunciamientos de personalidades estadounidenses y de otras partes del mundo, que demandan al presidente Biden hacer uso de su potestad para que, al menos, retire de esa espuria lista «el nombre de una nación que jamás debió estar».
Señalar a Cuba como Estado que supuestamente patrocina el terrorismo -aseveró el mandatario- «es cuando menos falso e inmoral, venga de donde venga la acusación, pero lo es doblemente, cuando la acusación proviene de territorio estadounidense, donde se entrenan ahora mismo, grupos paramilitares que organizan, promueven y financian acciones terroristas contra estructuras sociales y económicas en Cuba».
«Ningún gobernante norteamericano puede catalogar a Cuba como un Estado terrorista», afirmó categóricamente, en su vibrante discurso.
Más adelante, Díaz-Canel consideró que «la permanencia de Cuba en esa lista y el arreciamiento de la política de bloqueo, son acciones despiadadas hacia el pueblo cubano, que deben cesar ya».
Díaz-Canel ratificó que «contra el pueblo estadounidense no profesamos el más mínimo sentimiento de odio».
«Hacia los ciudadanos nobles de ese país todo nuestro respeto, y la mano siempre extendida para fortalecer los lazos de hermandad entre nuestros dos pueblos», valoró el Jefe de Estado cubano.
En la voz del Presidente de Cuba se escuchó el sentir de un pueblo entero, convencido de que, si Estados Unidos persiste en su empeño de quebrantar su soberanía, independencia y socialismo, sólo encontrarán rebeldía e intransigencia. «A cada administración que lo ha intentado, le ha sobrevivido la Revolución cubana, y así seguirá siendo».