La nueva sede del Movimiento Juvenil Martiano (MJM), en el Centro de estudios sobre la juventud quedó inaugurada ayer por Armando Hart Dávalos, director de la Oficina Nacional del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí.
El gran problema de estos tiempos es que la humanidad está en peligro. Así que debemos seguir buscando caminos, y trabajando en la promoción de las ideas de Martí, para que no desaparezca su concepto de que Patria es humanidad.
Con estas palabras de Armando Hart Dávalos, director de la Oficina Nacional del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, quedó inaugurada ayer la nueva sede del Movimiento Juvenil Martiano (MJM), en el Centro de estudios sobre la juventud, de la capital.
Durante la ceremonia, Yusuam Palacios Ortega, presidente del MJM, señaló que esta nueva sede es fruto del esfuerzo de la familia de las instituciones martianas del país, y que permitirá al Movimiento una mejor organización para seguir trabajando en el acercamiento de los niños y jóvenes a la figura del Apóstol, «porque Martí no es inalcanzable: está ahí, a la espera de que nos acerquemos a él».
Mientras, Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas y miembro del Consejo de Estado exaltó la labor del Movimiento por la manera fresca, profunda, sincera y soñadora con que llevan a las nuevas generaciones el amor por nuestro Héroe Nacional.
Ya era el momento de crear las condiciones para que el MJM pudiera organizarse mejor, y continuar en su afán de que millones de jóvenes en toda la Isla no solo recuerden al Maestro, sino que lleven al Maestro, dijo.
Esta materialidad es el símbolo de lo que hoy necesitamos: infundirles a los pinos nuevos el espíritu del Apóstol, expresó, por otra parte, René González Sehwerert, Héroe de la República y vicepresidente de la Sociedad Cultural José Martí.
Asimismo, llamó a ver al más universal de los cubanos como el humano que fue: con angustias, sueños e imperfecciones; pero también como el humano que fue capaz de sacrificar su individualidad por un país mejor.