NINGUNO COMO ÉL

POR: Voltaire Medina Orellana

REVOLUCIONARIO ECUATORIANO, AMIGO DE CUBA

         Ninguno como él.

         De excepcionales virtudes revolucionarias para indignarse ante la opresión batistiana, resistirse a la dominación burguesa., asumir acciones por la liberación de su pueblo y enfrentar al imperialismo con dignidad y valentía. Puso en riesgo su vida convencido de que morir por la patria es vivir.

         Ninguno como él.

         Para encarnar la histórica lucha de Cuba por la libertad y la independencia. Reunió  la actitud consecuente de Carlos Manuel de Céspedes, el espíritu combativo de Ignacio Agramonte; la sabiduría de José Martí, el temperamento libertario de Antonio Maceo,  la militancia honesta y coherente de Carlos Baliño, la entereza doctrinaria de Julio Antonio Mella, la firmeza intelectual y política de Martínez Villena y el arrojo heroico de Antonio Guiteras.

         Ninguno como él.

         Para conducir una revolución triunfante. Sacudió los reveses del Moncada, se internó en las selvas de Sierra Maestra, derrotó a la dictadura, obtuvo la victoria de Girón, declaró el carácter socialista de la revolución  y fecundó el hombre nuevo, la mujer diferente.

         Ninguno como él.

         En condiciones de repartir con eficiencia el alfabeto entre millones de habitantes en medio de una campaña de humanismo absorbente y  repartir la tierra entre los campesinos, entre los legítimos propietarios de la tierra, para que el pan pueda distribuirse con igualdad en la mesa de los cubanos.   

         Ninguno como él.

         Capaz de avizorar como imprescindible y necesaria la unidad de los pueblos de Nuestra América. El ALBA y la CELAC, son una consecuencia de sus convicciones revolucionarias, de la profundidad de sus concepciones sobre el papel de los libertadores del colonialismo español y la intranscendencia de las fronteras ante los peligros de la geopolítica imperialista.

         Ninguno como él.

         Para enseñarnos con la claridad de su palabra de que  lado está la verdad y quienes son nuestros enemigos. Nunca antes  los hombres y las mujeres de esta América mestiza tuvimos  un magisterio relevante, esclarecedor, con alto sentido de Patria Grande. 

         Ninguno como él.

         Consciente de la dimensión revolucionaria de Ernesto “Che” Guevara y de su legítima decisión de luchar contra la opresión capitalista en cualquier lugar del mundo, hasta llegar a conmoverse ante su caída en combate en Bolivia. Antes los hechos, censuró el oportunismo y la traición, desafió a los asesinos del Pentágono y elogió el gesto del  “Guerrillero Heroico”,  símbolo del revolucionario “difícil de igualar, imposible de superar”.

         Ninguno como él.

          Para convertir el internacionalismo proletario en paradigma de la lucha contra la injusticia y por la eliminación del odio racial. Angola, Namibia, Mozambique, Sudáfrica y otras naciones del continente de Patricio Lumumba y Nelson Mandela sintieron la mano cubana en momentos difíciles de la guerra revolucionaria contra la dominación extranjera  y el apartheid

         Ninguno como él

         Porque bajo su liderazgo Cuba y su Revolución, han podido resistir con valentía, con grandes sacrificios, el bloqueo criminal y genocida impuesto por los Estados Unidos de Norte América. Ese ejemplo de dignidad recorre el mundo y se refleja en el despertar de los hombres y las mujeres de muchos países atraídos por esa luz que ilumina a la humanidad. 

         Ninguno como él.

         Para abrir los brazos de la solidaridad y adquirir el compromiso de poner la ciencia al servicio de sus hermanos de todos los continentes. Los técnicos y especialistas de varias disciplinas y las misiones médicas repartidas en sitios distantes del planeta, junto  a las misiones Henry Reeve desplegadas hacia los cuatro puntos cardinales de la tierra, por desastres o enfermedades, incluyendo los lugares donde se había posado el ébola, tienen el espíritu de Fidel y su amor por la especie humana.

         Ninguno como él.

         Para sembrar de médicos, altamente formados y sensibles a la realidad de sus pueblos, con la creación de la escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas. Solo él pudo concebir tan brillante idea. Cuantas vidas recibidas, salvadas y protegidas con las manos adiestradas por la Revolución Cubana.

         Ninguno como él.

         En capacidad de interpretar con precisión los problemas del mundo y alertar a la población de todo el orbe de los peligros de un capitalismo rampante, de una soberbia globalizante, influyente y estratégicamente ubicada en la economía universal. Alzó su voz ante la destrucción de la naturaleza y del medio ambiente y llamó a gobernantes y gobernados a mantener la paz en pro de la supervivencia del ser humano.

         Ninguno como Fidel

         Siempre dispuesto a respetar la memoria de los caídos en defensa de la razón y la justicia, de sus hermanos,  heroicos combatientes por la libertad en cualquier  parte del mundo.  A él y a ellos, el mundo debe la cuota de dignidad humana que pervive en franca lucha contra la opresión, el abuso, el hambre, la miseria y la conculcación de los derechos.

         Fue José Martí el que dijo: “La muerte no es verdad cuando ha sido buena la obra de la vida”.

         Fidel Castro, el Comandante histórico de la Revolución Cubana, vivirá entre nosotros, hasta el último instante de nuestras vidas. 

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