En nombre de Cuba, indicó que para preservar y promover la paz, las políticas de los Estados deben orientarse hacia la eliminación de la amenaza de la guerra, particularmente la guerra nuclear; el compromiso con el arreglo pacífico de las controversias internacionales y el respeto y la promoción del derecho al desarrollo. Señaló que en la promoción y formación de una cultura de paz se requiere condenar todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo, incluido el terrorismo de Estado y tomar acciones concretas para combatir este flagelo.
La diplomática cubana enumeró fenómenos del mundo actual que atentan contra la paz y la seguridad y estabilidad mundiales, tales como: la profunda fisura que divide a la sociedad humana en ricos y pobres o la disparidad cada vez mayor que existe entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo; la intolerancia y la discriminación por motivos étnicos, religiosos o raciales; la amenaza y uso de la fuerza; la promoción de agendas encubiertas de cambio de régimen en países en desarrollo; el desarrollo de nuevos y más sofisticados armamentos; la persistencia de grandes arsenales nucleares.
Añadió que solo es posible reproducir paz si ella responde a un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida: a una verdadera cultura de paz, y que la educación es la via para la promoción de dichos valores.
Rodriguez Camejo, aprovechó la oportunidad para condenar el genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba, indicando que poner fin al mismo sería una acción a favor de la paz y la solución pacífica de las diferencias.
Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas.
