Nueva York, 26 de enero de 2021. Las dificultades en el suministro de combustible a Cuba, producto de la persecución desatada por el gobierno de EE.UU. que implicó castigo contra las empresas, buques y navieras que transportan combustibles hacia la isla, provocaron interrupciones en los ciclos productivos de varias entidades del sector agroalimentario, así como en los cultivos.
Como resultado, entre los meses de noviembre y diciembre del 2019 no fue posible sembrar 12 mil 399 hectáreas de arroz debido a la no disponibilidad de combustible. Por esta causa, se dejaron de producir 30 mil 130 toneladas de arroz para el consumo de la población.
Por igual concepto, se dejaron de producir más de 195 mil toneladas de viandas. Además, se dejaron de recoger más de 2 millones de litros de leche y 481 toneladas de carne, lo que incidió negativamente en la alimentación de la población cubana.
En la fábrica Los Portales, situada en la provincia de Pinar del Río, se paralizó la producción durante 77 días, dado que sus almacenes se encontraban llenos de productos terminados, pero no contaban con el combustible necesario para su transportación. Ello ocasionó una afectación de al menos 2 millones de cajas de refrescos y aguas dejados de producir y comercializar, lo que equivale a una pérdida de 10 millones 900 mil dólares.
A pesar de ello, el Estado cubano crea mecanismos para asegurar la alimentación del pueblo cubano y minimizar el impacto negativo de las sanciones estadounidenses. Si los costos del bloqueo se revirtieran en capacidad de pago del país, ello permitiría disponer de una fuente de financiamiento adicional, sustantiva y sostenida que otorgaría un mayor dinamismo a los programas inversionistas vinculados a los sectores estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030. De esta manera, se crearían las condiciones necesarias para lograr gradualmente ritmos sostenidos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) anual.
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.