Palabras a ti, Fidel.
En la Embajada de Cuba en Barbados, nos dimos cita, hoy 25 de noviembre, los miembros de la Misión Estatal y una delegación del MICONS que visita el país, para rendir homenaje a nuestro Comandante en Jefe en el 8vo aniversario de su desaparición física porque;Si hoy somos más fuertes, más justos, más fieles a nuestra condición humana es gracias a ti Fidel, a la inconmensurable bondad que te habitaba, y que supiste entregar sin reparos, sin egoísmos y, sobre todo, sin esperar jamás homenaje alguno por lo que siempre consideraste tu deber.No pocos se han preguntado a lo largo de los años de dónde provenía la energía inagotable del líder histórico de la Revolución Cubana. Cómo lograba ese hombre excepcional andar sin descanso, sin treguas, con su noble pensamiento puesto siempre en el bienestar de su pueblo, en la posibilidad de un mundo con cabida para todos, con derechos y oportunidades para todos.
Lo que convirtió a Fidel en líder natural, en ejemplo de humildad y desprendimiento, en artífice de esta obra imperecedera, fue el mayor regalo que dejó Martí para él y para su generación: la sensibilidad humana.No florecen el talento ni la voluntad, no crecen los sueños ni son los retos alcanzables si el corazón no se conmueve. Se necesita sentir, identificarse con las causas nobles y hacerse parte de ellas para que fluya de verdad el destino de un hombre. Quien no tiene la capacidad de sufrir el dolor de los demás, de ponerse en el lugar del más desprotegido, de disponerse a actuar en vez de quedarse impávido creyendo que nada se puede cambiar, no tendrá mucho que legar para la historia.
No hubo aquel día palabras edulcoradas ni argumentos manipulados por la capacidad de oratoria del interlocutor, hubo revelaciones muy duras, verdades puestas al descubierto y lanzadas con dignidad a la cara de los tiranos. Verdades definidas por el sufrimiento de un pueblo que no tenía derecho a la tierra, ni a la salud, ni a la educación, que no podía soñar con una vivienda digna, que enfrentaba altos índices de desempleo. Desde ese momento y para siempre, Fidel Castro se convirtió en mucho más que en su propio abogado, en mucho más que el abogado de quienes abrazaron la lucha junto a él, sino en el abogado de los humildes y desprotegidos a los que después, la propia historia le dio la oportunidad de reivindicar.
Comandante en Jefe de la verdad, de los principios más elevados, de la transparencia. Subió a un tanque en Girón porque sabía que los milicianos se batían cara a cara con el enemigo y él debía estar allí, nadie pudo detenerlo. Tampoco lo detuvo nadie cuando la fuerza de la naturaleza bajo el nombre de Flora, hacía sus estragos en el territorio nacional, y a riesgo de su propia vida salió a dirigir personalmente las acciones de rescate y salvamento de su pueblo, de ese pueblo que confiaba tanto en él. Cuánto amor hacia su gente tenía aquel hombre inmenso, que recorría los hospitales cuando el dengue hemorrágico arrebataba vidas.
Compartió siempre el dolor de las familias cubanas enlutadas por los actos terroristas más crueles, y desde su verbo encendido transmitió, en cada uno de esos difíciles momentos, la confianza y la seguridad de que cada vida arrebatada era un motivo para abrazarnos, cada vez con más fuerza, a la libre determinación que como pueblo teníamos para elegir nuestro camino, y convirtió cada tribuna, nacional e internacionalmente, en un espacio de denuncia para desenmascarar a quienes bajo la piel de salvadores del mundo, ocultaban el odio infinito por los países capaces de sacudirse siglos de dominación.
Fidel nos enseñó que un pueblo no puede vivir solo para sí, que solo es verdaderamente grande una Patria que es capaz de darse al mundo, o lo que es lo mismo, a la humanidad. Nos mostró que la solidaridad es un principio ineludible para todo el que se sabe revolucionario y bajo ese principio contribuimos a derrotar al apartheid en África, y con batas blancas hemos recorrido el mundo, devolviendo esperanzas tras fenómenos naturales, regalando millones de consultas a personas sin acceso a los sistemas de Salud privatizados, haciendo frente a enfermedades como el Ébola o la terrible pandemia provocada por la expansión del nuevo coronavirus.
Así hemos hecho frente a agresiones de toda índole: económicas, políticas, mediáticas. Todas, se han estrellado en la coraza moral de esta nación, que se ha tatuado a Fidel en el pecho, que optó sin duda alguna por su continuidad, nunca por su muerte, que se ha unido de manera irreversible porque también de él aprendimos que dividir a un pueblo es la manera más fácil de vencerlo.
Gloria eterna Comandante en Jefe, y no solo por un año más de su desaparición física, sino por haber sabido ser ante todo, por encima de todo, humano. Por haber llevado siempre los pies sobre la tierra, los ojos en tu pueblo, el corazón latiendo por el bien común de la humanidad. Aquí estamos, de pie, por voluntad propia, porque éste, el pueblo de Fidel, jamás se rinde, porque no hay dudas del camino elegido, porque creemos que un mundo mejor es posible y no renunciamos a hacer nuestra parte para que eso ocurra.Cobra especial sentido en un momento crucial para el país, donde se libra una colosal batalla contra el imperialismo, la guerra mediática, cultural, el Bloqueo recrudecido y la recuperación de las provincias afectadas por los recientes fenómenos meteorológicos y sísmico.Hoy rendimos tributo al líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, con múltiples homenajes, dedicados a evocar su legado, al cumplirse el octavo aniversario de su desaparición física.
Ante las actuales adversidades, el ejemplo del Comandante en Jefe resulta inspirador para seguir hacia adelante. Mantener vivo y eterno su pensamiento será el mayor monumento que podamos cimentar, preservando su legado, como ícono en las luchas de nuestro pueblo por preservar la unidad y la soberanía.Y aquí estamos y estaremos, una representación de jóvenes, fieles seguidores al legado de Fidel. Fidel, el invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá! Y, repito, demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡garantizar y preservar la independencia y la soberanía de nuestra Patria!
Con la fuerza de la unidad, aquí estamos y aquí estaremos por siempre, Fidel.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte, Venceremos!