Nueva York, 21 de noviembre de 2019. Implementar la Convención de los Derechos del Niño no bastará si seguimos ignorando los efectos del cambio climático, si no cambiamos el injusto orden económico internacional que hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres y que hará que, para el año 2030, vivan en la pobreza extrema 167 millones de niños, destacó hoy la Embajadora Ana Silvia Rodríguez Abascal, Representante Permanente Alterna, Encargada de Negocios a.i. de Cuba ante las Naciones Unidas, durante la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General para conmemorar el 30 Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño.
La representante cubana explicó como a pesar del recrudecido genocida bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos, la isla – quien ratificó la Convención sobre los derechos del niño el 21 de agosto de 1991--, se ha mantenido diseñando planes, políticas y programas nacionales integrando los postulados de la Convención. Agregó que dicha política estadounidense, tiene un impacto muy negativo en la disponibilidad de recursos, alimentos y bienes para asegurar mejores condiciones de vida a nuestro pueblo, dificultando en particular la prestación de servicios de salud, educación y asistencia social a niñas, niños y adolescentes.
Gracias a dichos planes estatales y a pesar del bloqueo, Cuba muestra logros en la esfera de la protección a la infancia tales como: una tasa de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacido al cierre del 2018; todos los niños cubanos son vacunados al nacer contra 13 enfermedades transmisibles; se prioriza la detección temprana de dolencias congénitas; fue la primera nación en recibir la validación de la Organización Mundial de Salud por eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH/SIDA y la sífilis; entre otros.
Rodríguez Abascal también se refirió en su intervención a como la Convención de los Derechos del Niño se ha convertido en el instrumento de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia, contribuyendo a transformar la vida de infantes de todo el mundo. La Convención fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1989, mediante su resolución 44/25.
Sin embargo, acotó, solo un Estado no la ha ratificado: Estados Unidos de América. Ello constituye una actuación carente de compromiso con la infancia y resulta, a su vez, consecuente con su actuar diario que desconoce el principio del interés superior del niño.
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.