Moscú, 7 de mayo. Como parada obligatoria en el camino llegó hoy el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, hasta el monumento erigido en honor al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), en la capital de Rusia.
En franca demostración de un hijo que enaltece el legado de un padre, el jefe d e Estado junto a la delegación que lo acompaña en la visita oficial al gigante euroasiático para participar en las celebraciones por el 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, colocó una ofrenda floral en la estatua que perpetúa al Comandante en Jefe en el distrito moscovita de Sokol.
Antes, Díaz-Canel Bermúdez había acomodado las cintas de una ofrenda floral, donde podía leerse que se trataba de un homenaje del pueblo de Cuba al Comandante en Jefe. Hubo segundos eternos, como esos en los cuales quienes rendían tributo hacían un saludo militar, o sencillamente saludaban con solemnidad y en silencio.
La figura de Fidel en medio de un paisaje ruso despertaba múltiples emociones y hacía pensar en un cariño especial, cultivado desde hace mucho tiempo entre dos pueblos. Es lo que decía en un reciente y conmovedor texto sobre la amistad entre la Isla y el gigante euroasiático, Serguei V. Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia:
“El Comandante en Jefe Fidel hizo mucho; tanto para desarrollar nuestras relaciones bilaterales, como para consolidar en los asuntos mundiales los valores de la paz, la libertad, la verdad y la justicia. Para muchas generaciones de ciudadanos rusos, su nombre se ha convertido en el símbolo del abnegado servicio al pueblo cubano”. (Embacuba Rusia-Prensa Latina)