Señor Presidente:
Rechazamos en los términos más enérgicos las menciones realizadas a Cuba durante este debate general por Estados Unidos y la República Checa.
No recordamos haber solicitado los criterios del gobierno de Estados Unidos sobre cómo hacer cumplir la legislación penal y procesal vigente en Cuba, incluido el tratamiento a delincuentes comunes, así como a mercenarios que trabajan al servicio de una potencia extranjera, contra el orden público, la tranquilidad ciudadana y la Constitución.
No aceptaremos cuestionamientos de ninguna índole procedentes de ese gobierno, más aún cuando se esgrimen para justificar el mantenimiento del bloqueo contra Cuba.
Estados Unidos cuenta con un historial repudiable en materia de derechos humanos. En esa nación mueren anualmente más de 1000 personas a manos de la policía.
¿Con qué moral hablan de detenciones cuando mantienen una cárcel en la Base Naval en Guantánamo, territorio ilegalmente ocupado, donde se ejecutan oprobiosas prácticas?
¿Con qué moral cuestionan a otros países cuando la falta de voluntad política para impedir la venta indiscriminada de armas a la población, ha desatado una violencia generalizada y los niños temen perder sus vidas en las escuelas?
¿Con qué moral hablan de derechos humanos cuando protegen la brutalidad policial, el racismo y la discriminación racial institucionalizada?
La razón por la que Estados Unidos mantiene de forma sistemática operaciones de desinformación y descrédito sobre la situación de derechos humanos en otros países no guarda relación alguna con la realidad, y mucho menos con preocupaciones genuinas sobre derechos humanos.
El motivo real es tratar de justificar las acciones de injerencia abierta en los asuntos internos de otras naciones.
Señor Presidente,
Con respecto a la República Checa, reiteramos que sus preocupaciones deberían enfocarse en eliminar las políticas institucionalizadas de discriminación, odio, xenofobia e intolerancia que prevalecen contra niñas y niños romaníes, incluida la segregación en las escuelas y comunidades.
Señor Presidente:
Respondo, además, a la ONG Christian Solidarity Worldwide, que manipula la fe cristiana para promover una mentira. No es casual que la intervención realizada esté alineada con un informe unilateral y carente de cualquier base real, emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos
Resulta vergonzoso que UN Watch, una seudo organización sin credibilidad alguna, continúe utilizando impunemente este Consejo para promover agendas políticas injerencistas de gobiernos extranjeros de los que recibe órdenes y financiamiento. Basta de manipular el noble propósito del multilateralismo y la ONU bajo la fachada de la sociedad civil. Ya que están ávidos de retóricas interrogantes, nos preguntamos igualmente… ¿Qué espera UN Watch para condenar el bloqueo contra Cuba y emplazar públicamente a su perpetrador?
Señor Presidente:
Cuba reitera su firme rechazo a la politización y la manipulación de los derechos humanos.
Muchas gracias.