Réplica del Embajador de Cuba, Rafael Dausá al artículo Espejismos y democracia en Cuba, publicado por El Telégrafo

Democracia en Cuba, Si.

En la nota “Espejismos y democracia en Cuba”, publicada por El Telégrafo el pasado 19 de marzo, el autor esgrime términos y elementos que se manejan por el Imperio y sus peones desde hace casi 60 años, sin que hayan podido afectar ni la moral ni los principios de la Revolución Cubana y su digno pueblo.

El tema de la democracia y otros por el estilo, han sido utilizados una y otra vez, para justificar bloqueos genocidas, atentados a líderes cubanos, introducción de enfermedades y plagas que han afectado al pueblo cubano y su economía. Porque lo que no nos perdonan los enemigos de la Revolución Cubana, es que hayamos resistido, junto a nuestro pueblo, todos estos años que hayamos derrotado a esos que han osado agredirnos. No nos perdonan nuestra dignidad y decoro.

La participación de más del 85.7 % de nuestra población en el último proceso electoral, confirma la decisión del pueblo cubano de continuar apoyando a su Revolución, consciente de la responsabilidad que tiene en sus manos.

El Sistema Electoral Cubano tiene en la participación popular y en la representación, sus pilares fundamentales. El derecho al voto se sostiene como ejercicio consciente de nominar y elegir a aquellos con mayores méritos y valores, y no en virtud de los recursos financieros que posean, o en el apoyo que puedan recibir de uno u otro partido como ocurre en otros sistemas.

La palabra “democracia” viene del latín y significa “poder del pueblo”. En Cuba, el pueblo disfruta de ese poder.

Concordamos con el Sr. Montero cuando señala que “democracia es mucho más que asistir a unas urnas y depositar un voto…”. Cuba es la expresión más genuina de esto, pues mientras que en otros muchos países, el pueblo vota (o no vota) y las oligarquías continúan en el poder, en Cuba, el poder lo ostenta el pueblo revolucionario y combatiente.

El sistema democrático cubano se sustenta en el principio del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La amplia participación y acceso del pueblo cubano a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, le garantiza el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos. 

Es difícil hacer creer que Cuba no es un país democrático y al mismo tiempo pueda exhibir indicadores sociales de países del primer mundo, garantizar el cumplimiento del derecho a la salud y educación gratuitas y universales, así como el acceso a la cultura y recreación sanas, tener un gasto público en educación que supera el 13% del PIB, con un índice de mortalidad infantil de 4 por cada mil nacidos vivos, por mucho, el mejor de América Latina y entre los primeros del mundo. Eso es democracia.

Es cierto que en Cuba no existen medios de comunicación privados. No nos preocupa en lo absoluto. Estos no aseguran la libertad de expresión; aseguran la “libertad” de publicar lo que vaya bien con el pensamiento del dueño del medio.

La dirección histórica de la Revolución Cubana ha permanecido al frente del  gobierno cubano por tener sobrados méritos y por la voluntad del pueblo, que en sucesivas elecciones y por abrumadora mayoría, los ha elegido para que conduzcan los destinos de nuestro país. Tratar de presentar otra realidad es ofender la inteligencia de los lectores.

No debe dudar el Sr. Montero que Cuba y su pueblo continuarán construyendo el proyecto político y económico que soberanamente han decidido edificar, que sin dudas, significa la continuidad de nuestra Revolución, con apego al legado histórico de Fidel y Raúl.

Lamentamos mucho la orfandad de ideas que muestra la nota publicada por El Telégrafo.

 

Rafael Dausá Céspedes

Embajador de Cuba

Categoría
Solidaridad