Respuesta de Cuba a la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre el combate a la intolerancia, los estereotipos negativos, la estigmatización, la discriminación, la incitación a la violencia y la violencia contra las personas basadas en la religión o las creencias, en virtud de la resolución 49/31 adoptada por el Consejo de Derechos Humanos.
La constitución de la República de Cuba establece como responsabilidad del Estado, el reconocimiento, la garantía y el respeto a la libertad religiosa, así como instituye que las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración. Se define, además, la más absoluta separación entre la Iglesia y el Estado, cuyo carácter laico le ha permitido consolidar las garantías al pleno ejercicio de la libertad religiosa.
De conformidad con lo establecido en el artículo 57 de la Carta Magna, toda persona tiene derecho a profesar o no creencias religiosas, a cambiarlas y a practicar la religión de su preferencia, con el debido respeto a las demás y de conformidad con la ley.
La Constitución de la República proscribe aquellas conductas relacionadas con cualquier tipo de discriminación por creencias religiosas; no obstante, las garantías a la libertad de cultos y el combate a la intolerancia, la discriminación y la violencia basadas en religión incluyen la protección penal.
En el nuevo Código Penal se prevén sanciones para quienes impidan o perturben la libertad de cultos, incluso si se tratara de funcionarios públicos en abuso de sus cargos. De igual manera, el ordenamiento jurídico penal cubano prevé la tipificación como delitos de incitación a la violencia inminente por motivos de religión o de creencias.
En el país existen y funcionan más de mil ochocientas cincuenta organizaciones e instituciones religiosas y asociaciones fraternales, reconocidas ante el Ministerio de Justicia, cuya membresía alcanza más del millón quinientas mil personas. Ello es resultado del pleno disfrute del derecho a la libertad religiosa y el combate a la intolerancia los estereotipos negativos y la estigmatización basada en la religión.
En Cuba, las instituciones y organizaciones religiosas desarrollan, con total independencia y autonomía, sus actividades sociales, la formación de su personal, el nombramiento de su jerarquía, y sus movimientos dentro y fuera del país. Sus necesidades y opiniones son atendidas de forma directa por la dirección del Estado y Gobierno, los cuales sostienen diálogos francos, sistemáticos y abiertos con todas las denominaciones religiosas, sin distinción alguna.
En marzo de 2022, como parte del fortalecimiento de la atención a denominaciones religiosas, el Consejo de Ministros de la República de Cuba creó el Departamento de Atención a las Instituciones Religiosas y las Asociaciones Fraternales. Esta nueva estructura perfeccionará los métodos de dirección y la política respecto de los asuntos religiosos y fraternales, evidenciando así la prioridad conferida por el Gobierno del país a estos temas.
Muestra de la voluntad política del Estado cubano de propiciar la plena inserción en la sociedad cubana de los creyentes y las instituciones que los representan, han sido los diálogos sostenidos entre la máxima dirección del país y organizaciones y líderes religiosos.
En este sentido, se destaca el encuentro de agosto de 2021 entre el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez y representantes de instituciones religiosas y asociaciones fraternales.
Cuba ha promovido el diálogo no solo a nivel nacional, sino también en el ámbito internacional. Varias instituciones religiosas forman parte de estructuras internacionales homólogas y algunos de sus miembros desempeñan responsabilidades en ellas, entre las que se encuentran los Consejos Mundiales y Latinoamericanos de Iglesias, la Acción Conjunta de las Iglesias, la Federación Universal de los Movimientos Cristianos, la Alianza Bautista, la Asociación de Iglesias Presbiterianas, entre otras.
También a nivel internacional, Cuba ha mantenido una consecuente posición a favor de los proyectos de resolución y/o decisión, presentados en los foros multilaterales de derechos humanos, que han versado sobre el respeto a la diversidad, la promoción del diálogo interreligioso y la lucha contra la intolerancia religiosa y la difamación de religiones.
En Cuba, la filiación religiosa no es una condición que limite el acceso por sus méritos y capacidades, a cargos y empleos del Estado y la Administración Pública puesto que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y deberes, profesen o no creencias religiosas. Por el contrario, en nuestro país se alienta la representación y la participación significativa de las personas, independientemente de su religión en todos los sectores de la sociedad, incluyendo los asuntos políticos. Ejemplo de ello, es la diversa representación de representantes de instituciones religiosas en la Asamblea Nacional del Poder Popular, órgano supremo del poder del Estado.
Aunque la enseñanza general es una función del Estado y se basa en las conclusiones y aportes de la ciencia, existe la libertad para que los padres den a sus hijos la educación religiosa conforme a sus convicciones, en el seno familiar o a través de diferentes modalidades de formación doctrinal y litúrgica.
Los avances registrados por Cuba en el combate a la intolerancia, los estereotipos negativos, la estigmatización, la discriminación, la incitación a la violencia y la violencia contra las personas basadas en la religión o las creencias han sido posibles gracias al trabajo conjunto y el esfuerzo de nuestro Estado y el pueblo en general. El Estado ha promovido que las relaciones entre creyentes y no creyentes se desarrollen en un marco de unidad, hermandad, solidaridad y respeto mutuos.
Como se ha mencionado en respuestas anteriores, Cuba ha sido objeto de férreas campañas mediáticas en nombre de la libertad religiosa. El gobierno de Estados Unidos instrumentaliza abiertamente la fe religiosa en función de intereses políticos.
La inclusión de Cuba en la “Lista especial de vigilancia”, de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), en 2021, así como el tratamiento falso y manipulado de la realidad cubana sobre la materia, en el recién publicado Informe del Departamento de Estado sobre la Libertad de Religión Internacional (junio de 2022), se inserta en un esquema de control geopolítico regional, y no es más que un pretexto para derrocar nuestro sistema social, subvertir el orden y violentar las leyes.
La elaboración de estas listas no tributa a la protección y el disfrute de la libertad religiosa, la que, como apuntamos supra, en Cuba está plenamente garantizada.
Cuba honra y reafirma su compromiso a favor de la aceptación de la diversidad, del multiculturalismo, de la lucha contra la intolerancia, contra los estereotipos negativos, la estigmatización, la discriminación y la violencia contra las personas basadas en religión o creencias; tomando en cuenta la diversidad de tradiciones de los pueblos y culturas, todas ellas con igual valor.
