A pesar de las inclemencias del tiempo y de las limitaciones para el cumplimiento de los protocolos sanitarios y de distanciamiento social ante la pandemia de la COVID-19, el Gobierno de Barbados, los Diplomáticos caribeños acreditados y una representación de los colaboradores de la Brigada Médica Henry Reeve y los asesores deportivos, junto a representantes del Movimiento de Solidaridad con Cuba, la Asociación de Cubanos Residentes en Barbados y barbadenses graduados en Cuba fueron en peregrinación al monumento erigido por el pueblo y gobierno de Barbados en Paynes Bay, frente al lugar en donde el vuelo Cubana 455 se precipitó al mar aquel 6 de octubre de 1976 para conmemorar el aniversario 44mo del horrendo crimen.
Hicieron uso de la palabra el Presidente del Movimiento de Solidaridad con Cuba, Medalla de la Amistad, David Denny, la Presidenta de la Asociación de Cubanos Residentes en Barbados, entrenadora de lucha libre Yaima Payne, el Embajador de Cuba en Barbados, Sergio Jorge Pastrana y el Embajador de Barbados ante el Caribe, Medalla de la Amistad de Cuba, David Comissiong.
Después de los discursos de homenaje, los Embajadores Comissiong y Pastrana colocaron respectivas ofrendas florales a nombre de los pueblos y gobiernos de Cuba y Barbados ante el monumento.
Palabras de Sergio Jorge Pastrana, Embajador de la República de Cuba en Barbados en el 44 ° Aniversario del atentado terrorista al vuelo 455 de Cubana de Aviación.
Embajador David Commissiong, Embajador de Barbados ante CARICOM.
Cita Pilgrim, Cónsul General de Guyana.
Álvaro Sánchez, Encargado de Negocios de la República Bolivariana de Venezuela.
Dra. Daymarelis Ortega, Jefa de la Brigada Médica Cubana Henry Reeve.
David Denny, presidente del Movimiento Caribeño por la Paz y la Integración. Presidente del Movimiento de Solidaridad de Barbados con Cuba.
Yaima Payne, Presidenta de la Asociación de Cubanos Residentes ¨Mártires de Barbados¨..
Hoy nos reunimos en el Monumento erigido en Paynes Bay a las víctimas del horrendo crimen del atentado dinamitero al vuelo Cubana-455 en Barbados el 6 de octubre de 1976 mientras volaba en su ruta de regreso a La Habana. La edad promedio de las 73 personas a bordo ese día era de solo 30 años. La mayoría de ellos eran jóvenes en la flor de la vida con aspiraciones y añoranzas de logros en el estudio, el trabajo y el deporte. Los jóvenes estudiantes guyaneses que iban a iniciar su carrera como médicos, el joven equipo cubano de esgrima que había ganado todas las medallas en la competencia regional, los jóvenes diplomáticos de la RPD de Corea en camino a su destino y la tripulación del vuelo.
Al despegue, resultaba imposible siquiera pensar lo que habían preparado aquellos criminales para acabar con sus sueños. Poco después de elevarse desde la pista del aeropuerto de Seawell, mientras el avión aún ascendía, las horribles explosiones convirtieron sus últimos momentos de vida en espantosa pesadilla. Aquel infierno había sido planeado meticulosamente por un grupo de conspiradores terroristas, entrenados y asesorados por una agencia oficial de un gobierno extranjero, y financiados por organizaciones terroristas creadas por esa misma agencia. Todo esto fue probado en los tribunales y los criminales fueron condenados después de haber confesado sus crímenes. Pero la justicia no prevalecería al final. Posteriormente fueron escamoteados por el mismo organismo que los había creado, para que pudieran continuar su oficio de odio y crimen bajo el liderazgo de los mismos agentes que aún hoy están al frente de las agresiones a nuestros países, bajo la égida de los mismos criminales. que los formaron, promoviendo el mismo tipo de odio y provocando la misma destrucción dentro de nuestra región.
Hubiéramos deseado que esta reunión fuera más grande. Debemos decir aquí a nuestros amigos y colegas que, al recordar a nuestros mártires, debemos percatarnos de que nos reunimos hoy en un momento difícil para nuestras naciones caribeñas. Estamos sufriendo el flagelo de una pandemia global que ha cambiado drásticamente el mundo en el que vivimos, por lo que tenemos que ceñirnos al distanciamiento social y las regulaciones imperantes. Todos estamos trabajando duro para controlar la propagación de este virus, cumpliendo con los protocolos para la protección de nuestros hermanos y hermanas, organizando la vida siguiendo reglas que puedan impedir el contagio y cuidando a los enfermos. Mientras luchamos en estas difíciles circunstancias, hay continuadores de aquellos criminales trabajando en contra de esos esfuerzos y difundiendo mentiras y malentendidos para contrarrestar nuestra labor, para confundirnos y para dividirnos.
44 años después del crimen, hemos reunido hoy personal médico, entrenadores deportivos y diplomáticos, algunos de los cuales eran entonces contemporáneos de las víctimas, aunque la mayoría incluso nació después de aquella fecha. Pensemos que los presentes siguen carreras equivalentes a las que ellos no pudieron completar. Es en esa línea de pensamiento que los ciudadanos del Caribe debemos recordarlos y comprometernos con la realización de nuestras vidas en la culminación de los sueños que ellos no pudieron alcanzar.
De alguna manera es grato entender que nuestros entrenadores deportivos cubanos, están aquí asesorando a la juventud barbadense en una variedad de disciplinas deportivas, y un destacamento de enfermeros cubanos trabaja en la vanguardia del esfuerzo de Barbados para el control de la pandemia del virus de la COVID-19. Me complace informarles que ayer se firmó el acuerdo entre las autoridades cubanas y barbadenses para que su estadía aquí continúe seis meses más en esa labor, para que con su ayuda, Barbados pueda hacer frente a la ocurrencia de nuevas casos importados de viajeros infectados provenientes del exterior, y así poder controlar cualquier contagio que se identifique a través del rastreo y aislamiento de tal manera que se evite la ocurrencia de la propagación del virus en la comunidad.
Así, ante quienes siguen siendo agentes del odio y el terror, nosotros que trabajamos en el control de la enfermedad, por la difusión del conocimiento y la salud, en la formación de los jóvenes y el cuidado de los enfermos, sembrando enseñanza y amor, podemos cumplir con nuestro deber de honrar a nuestros mártires. Debe ser nuestro compromiso oponer todo eso al odio y la división que los criminales continúan esparciendo. Convirtamos esa práctica del amor y el trabajo en nuestro mejor homenaje a aquellos a quienes tan cruelmente les robaron la vida hace 44 años.
Cuando conmemorábamos el 25 aniversario del crimen, Fidel dijo: Nuestras hermanas y hermanos asesinados en Barbados, ya no son solo mártires, son símbolos inolvidables en la lucha contra el terrorismo. Se elevan como gigantes en esta batalla histórica para erradicar este flagelo del terrorismo de la faz de la tierra. (fin de la cita).
Seamos con nuestra propia vida continuadores de sus sueños, y sigamos construyendo con amor nuestra zona caribeña de paz frente a cualquier agresión a nuestros pueblos. Comprometámonos hoy aquí con la tarea de continuar, a través del amor y la educación, la erradicación del terrorismo y el odio de la faz de la tierra.
Viva la eterna amistad entre Barbados y Cuba.
Viva el Caribe como Zona de Paz, para siempre.
Muchas gracias por acompañarnos hoy.