Nueva York, 3 de noviembre de 2020. Entre abril de 2019 y marzo del 2020, las numerosas regulaciones y disposiciones emitidas por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba alcanzaron niveles de hostilidad sin precedentes. La posibilidad de establecer demandas al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton; el incremento de la persecución de las transacciones financieras y comerciales de Cuba; la prohibición de vuelos desde EE.UU. hacia todas las provincias cubanas, con excepción de La Habana; la persecución e intimidación a las empresas que envían suministros de combustible a Cuba, y la campaña de descrédito contra los programas de cooperación médica cubana, constituyen algunos de los ejemplos más distintivos.
En el lapso de un año, se registraron alrededor de 90 acciones y medidas económicas coercitivas impuestas por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba, con la intención de intervenir en los asuntos internos del país y en franco menoscabo de la libertad de comercio y navegación internacionales. De ese total, alrededor de la mitad fueron acciones concretas de bloqueo, que incluyeron multas y otros tipos de sanciones contra entidades estadounidenses o de terceros países, inserción de empresas cubanas en listas unilaterales, prorrogación de leyes y proclamas sobre el bloqueo, anuncios relacionados con la aplicación de los Títulos III y IV de la Ley Helms-Burton y cambios regulatorios. Otro grupo de medidas evidenció la aplicación extraterritorial del bloqueo o se correspondió con decisiones del Departamento de Estado contra nuestro país.
Resultan particularmente alarmantes los 5 paquetes de medidas adoptados en 2019 en función de vigilar e imponer medidas de castigo contra las empresas, buques y navieras que transportan combustibles hacia Cuba. En este sentido, se impusieron sanciones ilegítimas contra 27 compañías, 54 embarcaciones y 3 individuos vinculados al sector, ninguna de ellas de orígenes estadounidenses o sujetos a la jurisdicción de ese país.
Estas acciones agresivas del gobierno de EE.UU. constituyen un salto cualitativo en el recrudecimiento y aplicación de medidas no convencionales en tiempo de paz. Se trata de una nueva violación abierta y brutal de las normas y principios en los que se sustenta el sistema de relaciones internacionales, incluidas las normas internacionales del comercio. El gobierno estadounidense se ha dedicado a amenazar y chantajear a las empresas que suministran combustibles a Cuba, y a las que se dedican a su transporte internacional, sin contar para ello con autoridad jurídica o moral alguna.
En todo caso, las acciones de los actuales inquilinos de la Casa Blanca, contravienen lo dispuesto en la resolución 74/7 de la Asamblea General y de muchas que le han antecedido, cuales piden poner fin al ilegal y criminal bloqueo económico, comercial y financiero. La incidencia del mismo sobre el pueblo Cuba en tiempos de COVID-19, acentúan de manera negativa las afectaciones en todos los renglones de su vida económica y social.
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.