Tenemos disposición para la convivencia pacífica, dentro de las profundas diferencias que existen con el Gobierno de los Estados Unidos, basada en el respeto mutuo, la igualdad soberana y el beneficio de ambos pueblos.
Los cubanos continuaremos decidiendo libremente nuestros asuntos internos en estrecha unidad, como hacemos en la discusión popular del proyecto de nueva Constitución y haremos en el próximo referendo para adoptarla. No hay ni habrá espacio para la intromisión de una potencia extranjera.