Un presente tejido con memoria
Desde el día en que Namibia alcanzó su independencia, estableció relaciones diplomáticas con una Isla a más de 11 000 kilómetros de distancia: Cuba. Era el 21 de marzo de 1990. Entonces, Ndapandula Akwaake no había nacido, ni mucho menos pensaba su familia en que ella, o algún otro miembro, pudiera venir hasta este espacio del Caribe que vivía una Revolución cuyas resonancias llegaron, de modo muy especial, hasta allá.