Somos de donde crece la palma
Es este un paisaje que da luz. Es el lugar sublime y entrañable en el que renació el sueño que luego fue el de millones.
Allí, donde crece esbelta la palma y flotan los colores de la que jamás ha sido mercenaria con la intensidad de las nostalgias y el mañana, se dibujó con profundos relieves el lienzo humano de una realidad marcada de esperanza por aquellos de bala y empeño: niños-hombres de barbas encrespadas y melenas dispersas sobre los hombros rebeldes, y muchachas con vuelo de mariposa y el poderío de la altivez y fortaleza del alma.