Fidel está dondequiera que un cubano haga el bien.
«Ser hermano de Fidel es un privilegio», ha dicho Raúl sobre el Comandante en Jefe, cuyo ejemplo lo ha inspirado como a toda la Isla.
De pequeño lo veía como una joven promesa. Intranquilo, como suelen ser los muchachos, Raúl solo se llevaba las críticas, pero Fidel sentía que en él había algo más, un futuro; por eso lo asumió bajo su protección, no para mimarlo ni aplaudirle sus novatadas, sino para verlo crecer como hombre de bien.




