Que la barbarie nunca más tenga espacio en América Latina.
Buenos Aires, 23 de enero de 2023.- Aquella tarde de cielo azul claro, donde no había nubes, una de nosotras rompió a llorar sin contenes frente a las aguas brillantes del Río de la Plata. Las lágrimas no eran de emoción estética, ni provocadas por sorpresa alguna: Las gotas sobre la piel eran muy amargas, vertidas en pos de todos los hijos del mundo, y ante la ceguera de una civilización que ha cometido crímenes imperdonables.