Quito, 19 de julio de 2022
Nosotros, personas provenientes de miles de hogares humildes de todas las provincias del Ecuador, quienes tuvimos la valiosa oportunidad de viajar a Cuba en busca de nuestros sueños de ser profesionales, mayoritariamente médicos, nos sumamos a las celebraciones por el 26 de julio, fecha que marca el 69 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y el Día de la Rebeldía Nacional de nuestra querida Cuba.
Asimismo, reiteramos la permanente solidaridad y el respaldo a la Patria de Martí y de Fidel, que es también nuestra. Tenemos los argumentos suficientes y la autoridad moral para exigir de manera frontal, el cese de la hostilidad contra nuestros hermanos cubanos, con quienes tuvimos la alegría y el honor de convivir durante muchos años.
Nosotros hemos corroborado que Cuba, a pesar de sufrir el impacto del genocida bloqueo estadounidense y la guerra mediática promovida por Washington, es la fábrica de amor y solidaridad más grande del mundo. Somos la muestra fiel de ello, pues a diario batallamos por proteger la vida de miles de seres humanos, precisamente aplicando lo aprendido en ese país. Por lo tanto, condenamos en los términos más enérgicos y absolutos la política hostil y agresiva hacia la Mayor de las Antillas, incluyendo la promoción de acciones desestabilizadoras dentro de la Isla, tal y como ocurrió el año pasado.
Reconocemos los ingentes esfuerzos del Gobierno Revolucionario y del pueblo cubano por desarrollar su sociedad socialista, con soberanía y autodeterminación, pese a los férreos obstáculos que le impone el bloqueo económico, comercial y financiero. Históricamente esa política ha suscitado el rechazo de la comunidad internacional, debido a su carácter ilegal, extraterritorial y criminal. Esa retrógrada medida es un acto de guerra y atenta contra el ordenamiento internacional. Igualmente, ha evidenciado un marcado carácter oportunista, agravado en el contexto de la Covid-19.
Pese a las desventajas con las que Cuba tuvo que enfrentar la propagación de la pandemia se impuso el talento de los científicos cubanos y la voluntad política de su Gobierno y hoy ese pequeño país, bloqueado, subdesarrollado y con escasos recursos naturales, exhibe al mundo sus propias vacunas contra esa enfermedad y envió a sus brigadas médicas a numerosos países para contrarrestarla.
Atendiendo a lo anterior, condenamos, una vez más, las campañas de desestabilización política y descrédito contra Cuba dirigidas desde EE.UU. Cuba es un país estable, seguro, unido, capaz de enfrentar sus grandes desafíos con creatividad.
DIRECTIVA NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN PLURINACIONAL DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS ECUATORIANOS EN CUBA “ELOY ALFARO”