Nueva York, 19 de julio de 2023.
Señor Presidente:
Suscribimos la declaración de Venezuela, en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas.
Tras la adopción de la resolución A/RES/76/262, titulada “Mandato permanente para realizar un debate de la Asamblea General cuando se emita un veto en el Consejo de Seguridad”, nuestra delegación dejó registradas sus preocupaciones e interpretaciones sobre el texto, que no se discutió a fondo en su momento, ni con el tiempo suficiente.
Bajo el amparo de dicha resolución, hoy nos reunimos por segunda vez en menos de un año para debatir sobre Siria.
Se confirman las deficiencias del mecanismo automático establecido por la resolución 76/262, que no ofrece margen para que los Estados Miembros decidan si es necesaria o no la reunión de la Asamblea General.
Es lamentable que, en el Consejo de Seguridad, en lugar de atenderse las preocupaciones de los Estados no miembros del órgano, en especial sobre temas que le conciernen directamente, se siga forzando la toma de acción sobre proyectos de resolución, cuando aún existen diferencias considerables en cuanto a su contenido y alcance.
Rechazamos toda politización de la asistencia humanitaria y su empleo como instrumento para el chantaje político. Reafirmamos la plena vigencia de los principios rectores de la asistencia humanitaria establecidos en la resolución 46/182 de la Asamblea General. El consentimiento del país concernido es esencial.
La responsabilidad primordial de garantizar que la ayuda humanitaria llegue a todos los sirios corresponde a su gobierno, por lo que cualquier decisión que adopte el Consejo de Seguridad sobre la situación humanitaria en Siria debe tener en cuenta todas las preocupaciones del gobierno sirio en relación con la asistencia; así como los genuinos intereses y las aspiraciones de su pueblo. Deben respetarse plenamente la soberanía e integridad territorial de Siria.
Señor Presidente:
Estados Unidos, que se dice muy preocupado por la situación humanitaria del pueblo sirio, promueve un enfoque punitivo contra Siria en los organismos internacionales, sobre la base de la manipulación, la selectividad y el sesgo político, al tiempo que mantiene criminales medidas coercitivas unilaterales contra ese país. El impacto de dichas medidas se profundiza ante las consecuencias de más de diez años de guerra impuesta contra Siria, a lo que se añaden los efectos socioeconómicos y humanitarios de las múltiples crisis globales, exacerbadas tras la pandemia de la Covid-19.
Si Estados Unidos se preocupara realmente por el pueblo sirio, eliminaría con urgencia las medidas coercitivas unilaterales que le imponen un sufrimiento enorme a esa hermana nación árabe, frenan su desarrollo sostenible y, en el contexto actual, obstaculizan, además, la respuesta a los efectos del devastador terremoto que afectó el territorio sirio a inicios de este año. De igual manera, debería retirarse del territorio sirio que ocupa hoy ilegalmente, donde expolia sus recursos naturales.
Recordamos que el debate de hoy tiene lugar a menos de un mes de la imposición de una nueva plataforma políticamente motivada contra Siria, en el marco de las Naciones Unidas, a partir de la manipulación del noble manto humanitario. Se multiplican los mecanismos internacionales contra este país, lo que rechazamos firmemente. Alertamos sobre el peligro de que iniciativas similares se repliquen en el futuro contra otros países en desarrollo.
Debe respetarse la decisión del Gobierno sirio de permitir a las Naciones Unidas y sus agencias especializadas que se use el paso de Bab-al-Hawa para el envío de ayuda humanitaria a los civiles necesitados en el noroeste de Siria, en plena cooperación y coordinación con el Gobierno, por un período de 6 meses, comenzando el 13 de julio.
Reafirmamos nuestro apoyo inequívoco a la búsqueda de una solución pacífica y negociada al conflicto en Siria, con estricto respeto a la Carta de las Naciones Unidas y al Derecho Internacional. Confiamos plenamente en la capacidad del pueblo y las autoridades sirias para alcanzar ese objetivo. La comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de contribuir a ello, a través de la cooperación con las autoridades sirias, sin injerencia externa, condicionamientos o politización.
Muchas gracias.
