Muela no, historia!
Con el triunfo en enero del 59 de la Revolución Cubana llegó también la gran confrontación con el gobierno de los Estados Unidos. No con el pueblo americano sino con los capataces de los ricos del mundo, porque el gobierno americano es sólo un empleado sumiso del poder económico capitalista.
Desde los inicios de la Revolución Cubana el gobierno de los Estados Unidos manifestaba preocupación sobre el curso del proceso cubano, así lo demuestran los memorandums desclasificados de varias reuniones de alto nivel del gobierno americano. En reunión del Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU en Washington, el 23 de diciembre de 1958 (una semana antes del triunfo revolucionario), el presidente (Eisenhower) preguntó si el Departamento de Estado había pedido al Departamento de Defensa que estudiara las acciones militares que podrían ser necesarias en Cuba. El tenebroso jefe de la CIA Allen Dulles se preguntó por qué Estados Unidos debería intentar impedir una victoria de Castro. Dulles dijo que había una sensación de que Castro estaba respaldado por elementos extremadamente radicales. El vicepresidente (Nixon) señaló que sería indeseable arriesgarse con la dominación comunista de Cuba, que tenía uno de los partidos comunistas más grandes del hemisferio en proporción a la población. Más tarde en una reunión sobre “El futuro de nuestras Relaciones con Cuba” el 18 de septiembre de 1959 se señalaría: Nosotros en el Departamento hemos esperado que la revolución cubana resulte en cambios que sean aceptables y que podamos continuar con la misma relación básica con Cuba que antes... La pregunta básica sobre la revolución cubana es si representa un cambio fundamental o es simplemente un cambio temporal. A finales de 1959 la preocupación era clara: Si la Revolución Cubana es un éxito, otros países en América Latina y quizás en otra parte la tomarán como modelo.
La radicalización contra la revolución se cristalizó desde principios de 1960 cuando se dilucía la futura política del Gobierno de los Estados Unidos no hacia Cuba, sino contra Cuba. El 6 de abril de 1960 Lester D. Mallory (1904-1994), Vicesecretario de Estado asistente para los Asuntos Interamericanos, escribía en un memorándum desclasificado en 1991: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
En 1963 el presidente Kennedy materializaba el proyecto de Mallory a través la firma de La ley de Comercio con el Enemigo (ley de de 1917), la cual le otorga al presidente la facultad para restringir el comercio con países «hostiles» a Estados Unidos y la posibilidad de aplicar sanciones económicas en tiempo de guerra o en cualquier otro periodo de emergencia nacional, prohíbiendo el comercio con el enemigo o aliados del enemigo durante conflictos bélicos. Comenzaba el bloqueo. Al momento, Cuba es el único país en el mundo que aún continúa sancionado bajo esta ley.
Esta manera vil de reducirle a Cuba sus recursos financieros y los salarios reales, provocando hambre, desesperación para por este medio derrocar el Gobierno Revolucionario se ha ido sofisticando con el tiempo a través de otras leyes y regulaciones administrativas, como la Ley para la Asistencia Exterior (1961), la Ley para la Administración de las Exportaciones (1979), las Regulaciones para la Administración de las Exportaciones (1979), la Ley Torricelli (1992), y la Ley Helms-Burton (1996) y la inclusión de Cuba en la lista de paises que patrocinan el terrorismo (1982-2015; 2021-a la fecha), la cual conlleva a más sanciones económicas.
La burguesía cubanoamericana, anticomunista por naturaleza, se ha establecido desde los 60 en Miami y ha acumulado no sólo poder económico, sino además político. Esta burguesía, es la más fiel aliada del plan de Mallory por razones históricas e intereses económicos.
Las ideas de Mallory han tenido siempre como instrumento fundamental a la CIA la cual se ha encargado de orquestar grupos como el de la Operación 40 y todas las organizaciones cubanas contrarrevolucionarias asentadas en Estados Unidos, sobre todo en Miami, todas de extrema derecha, caracterizadas por su anticomunismo, el lenguaje terrorista la carencia de escrúpulos a la hora de sus acciones.
La idea de Mallory: reducirle a Cuba sus recursos financieros y los salarios reales, provocando hambre, desesperación para por este medio derrocar el Gobierno Revolucionario, representa la esencia de la política de los Estados Unidos contra Cuba. La presión económica sobre Cuba producto de esta política se ha ido incrementando constantemente con los años, en especial desde la caída de la URSS (aliado económico de la Revolución), lo cual ha conllevado a un empeoramiento de las condiciones materiales del pueblo cubano, situación que ha devenido en manifestaciones de descontento de grupos de ciudadanos, especialmente en periodos de endurecimiento de la situacion que vive el país.
Durante el verano de 1994 se desencadenó una violenta campaña de propaganda por todos los medios y de acciones subversivas para estimular un clima de violencia e insurrección contra la revolución, así como la promoción de salidas ilegales con el secuestro de embarcaciones y aeronaves que provocaran accidentes y el arribo incontrolable de emigrantes a Estados Unidos, lo cual pudiera dar el pretexto para justificar la llamada intervención militar humanitaria. El 5 de agosto desde horas de la mañana, se percibía en la zona del Malecón habanero y calles aledañas del municipio Centro Habana un clima de tensión que devino en actos vandálicos contra tiendas, instalaciones estatales, medios de transporte, representantes de la ley y revolucionarios en general. Ante tal situación, se presentó el Comandante en Jefe en el centro de los acontecimientos y, como él mismo dijo, ese día fue a recibir la cuota de piedras que le tocaba, pero antes dio la orden terminante a su escolta y fuerzas del Minint y las FAR de no usar armas de fuego. Según testigos presenciales, la situación se revirtió espontáneamente cuando Fidel llegó al lugar. De ambos bandos, el clamor fue unánime: ¡Fidel, Fidel, Fidel!
El endurecimiento de las sanciones durante el gobierno de Trump, la llegada del Covid, empeoraron la situación del pueblo cubano. En el 2021 la semana previa al 11 de julio, muchos “opositores al gobierno de Cuba” comenzaron a demandar “la necesidad de un corredor humanitario” para enfrentar la crisis de salud e insumos básicos”. El brote de Matanzas, relacionado con el incremento acelerado de nuevos casos en el mundo, fue el motivo para impulsar #SOS Cuba. Como detalle, hay que decir que esta campaña fue lanzada sin mucho éxito para tratar de sabotear la moción cubana antibloqueo ante la Asamblea General de Naciones Unidas en junio de ese año (la moción fue aprobada por 184 de los 189 votos posibles). Los días 9,10,11 de julio se crearon simultáneamente centenares de cuentas matrículas (son cuentas que son creadas automáticamente) en Twiter dentro de la campaña #SOS Cuba. Estas cuentas fueron las encargadas de retwitear información falsa durante los acontecimientos del 11 de julio y los días posteriores. En las redes sociales se difundieron noticias tergiversadas a cerca de supuestos ataques a instituciones estatales y oficinas del Partido Comunista de Cuba. Se circularon films manipulados y fotos no relacionadas. Se trató de crear a nivel internacional una imagen distorsionada y magnificada de lo sucedido en Cuba y de una supuesta ola represiva luego del 11 de julio. Ese día hubo saqueos a mercados, vandalismo e incluso un asalto con armas blancas contra una estación de policía, el cual terminó lamentablemente con la pérdida de una vida humana. Los culpables de violaciones a la ley fueron arrestados según lo exigen los artículos 51, 54 y 56 de la Constitución cubana. Los medios sociales organizados para guerra de desestabilización política, empezaron pronto a hablar de ola represiva. Los neo-terroristas clamaban por invasión militar.
Vemos aquí nuevamente el concepto central de Mallory de reducirle a Cuba sus recursos financieros y los salarios reales, provocando hambre, desesperación para por este medio derrocar el Gobierno Revolucionario, esta vez en la era del internet. Cuba fue víctima de guerra cibernética, con el claro objetivo de desestabilizar el proceso revolucionario y revertirlo. La contrarrevolución en su versión moderna, ha adicionado a su arsenal de armas el uso de medios sociales a través de sus agitadores políticos, usando ofensivas en las redes y tratando de desarrollar una guerra de 4ª generación. Los objetivos de los neo-terroristas eran: tratar de promover una revuelta e instar a una invasión.
62 años de guerra económica de la mayor potencia económica contra un pequeño país, deja huellas profundas, el manual de Mallory de reducirle a Cuba sus recursos financieros y los salarios reales, provocando hambre, desesperación para por este medio derrocar el Gobierno Revolucionario se siente y se manifiesta hoy nuevamente. La difícil situación de nuestra población, consecuencia del miserable bloqueo y profundizada por la caída del poder adquisitivo e inflación resultados indeseables e imprevistos del reordenamiento económico, culminó en nuevas manifestaciones de descontento por los problemas del suministro de electricidad y los problemas con los alimentos. Tales manifestaciones se produjeron el pasado fin de semana en Santiago de Cuba, en Bayamo y en Matanzas. En las cuatro ocasiones las autoridades se presentaron en los lugares de protesta para discutir la situación y tratar de ofrecer soluciones. Pronto los agitadores políticos anticubanos a través de las redes sociales comenzaron su ofensiva tratando de mostrar una insurrección. Acto seguido la burguesía cubanoamericana se hizo presente a través de sus políticos condenando y manifestándose, pero sobre todo, mintiendo sobre la situación existente en Cuba. Por supuesto el gobierno americano, raudo y veloz, sacó un comunicado condenando la situación y recriminando al gobierno revolucionario.
No son casuales las manifestaciones de descontento. A pesar de que es todo el pueblo quien sufre las consecuencias de la guerra económica diseñada por Mallory: de reducirle a Cuba sus recursos financieros y los salarios reales, provocando hambre, desesperación para por este medio derrocar el Gobierno Revolucionario, no es todo el pueblo el que sale a la calle a manifestarse. Son grupos pequeños de compatriotas que salen a manifestar su malestar, lamentablemente, estos compatriotas no dirigen sus protestas contra el causante de tanto sufrimiento. Si, si no está claro, el causante principal de tanto sufrimiento para el pueblo cubano es el gobierno de los Estados Unidos, junto a la burguesía cubanoamericana, los cuales usan a sus ciber neo-terroristas orquestados por el trumpista tropical Jansson Miller, estratega comunicacional de Trump, artífice de las ofensivas en las redes y del desarrollo de guerra de 4ª generación . ¡¡¡Quieren derrocar al gobierno cubano sumiendo al pueblo cubano en hambre y desesperación!!! Y quieren mostrar al mundo una realidad falsa de Cuba culpando al gobierno revolucionario de los problemas existentes en la Isla y escondiendo así su delito. ¡Si arguyen tanto que son nuestros errores el origen de nuestras penas, levanten el bloqueo y déjennos caer solos! Veremos con el tiempo cómo nuestro pueblo será capaz de florecer.
La mayoría de los cubanos sigue trabajando para sacar adelante al país a pesar de las dificultades y es consciente de que el origen fundamental de tanto pesar es el bloqueo ¡el cual debe cesar ya!
La esencia del proceso histórico cubano no es más que la decisión de soberanía nacional, con independencia absoluta, bajo las premisas de nosotros, los cubanos, para el desarrollo y bienestar de los cubanos. No necesitamos lecciones de cómo hacerlo.
Cubanos por Cuba denuncia una vez más los estragos que provoca el bloqueo sobre nuestra economía y sobre nuestra población. Exigimos que se elimine la estrategia central de Mallory la cual representa la esencia de la política de los Estados Unidos contra Cuba. Exigimos que se deje de tratar de revertir el legítimo proceso cubano por medio de provocar hambre y desesperación. Cesen la injerencia y los intentos de desestabilizar el país usando como pretexto las dificultades por las que nuestro pueblo atravieza, adversidades que surgen, esencialmente, de su odioso, criminal e inmoral bloqueo.
Cubanos por Cuba en Suecia