Señor Presidente:
Cuba considera no solo importante sino imprescindible, la labor de los defensores de derechos humanos. Tenemos muchos en nuestro país, que participan de manera activa en el diseño, ejecución y evaluación de políticas y programas con gran impacto social.
75 destacados líderes de derechos humanos fueron premiados por la sociedad civil cubana el pasado año, con el acompañamiento del sistema de Naciones Unidas.
Lamentablemente, algunos pretenden hacer pasar a probados mercenarios por defensores de los derechos humanos. No merecen ese noble calificativo aquellos que quebrantan la legalidad y actúan al servicio de potencias extranjeras, que los alquilan para implementar sus agendas de cambio de régimen y atentar contra el orden constitucional escogido libremente por los ciudadanos. Tal conducta no es permisible en Cuba ni en ningún otro Estado de Derecho.
La noble causa de los derechos humanos no se puede manipular en función de retorcidos intereses políticos.
Recientemente han salido a la luz pública nuevas evidencias irrebatibles de los cientos de millones de dólares invertidos por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), para subvertir el orden constitucional en Cuba y otros países, utilizando como fachada la protección de derechos humanos y la promoción de la democracia. Así se han enriquecido muchos de los que ven un rentable negocio en el sufrimiento del pueblo cubano.
Siempre tendrán nuestro apoyo los verdaderos defensores de derechos humanos, que merecen protección y reconocimiento en todo el mundo.
Muchas gracias.
