Natasha Díaz-Argüelles acudió al reencuentro con la historia en el sitio donde 50 años atrás angolanos y cubanos impidieron al enemigo truncar la proclamación de la independencia de Angola por el Dr. António Agostinho Neto, en las primeras horas del 11 de noviembre de 1975.
La Batalla de Kifangondo, acontecida en la localidad que consagra su nombre al norte de la ciudad de Luanda, garantizó que se hicieran realidad los sueños de libertad e independencia de un pueblo valiente que había derrotado al colonialismo con grandes sacrificios y se disponía a emprender un nuevo camino en ejercicio del derecho de autodeterminación.
El compañero Agostinho Neto visitó junto al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el lugar, el 24 de marzo de 1977, en el contexto de la primera visita a Angola del líder histórico de la Revolución Cubana. Ese día fue depositada simbólicamente la primera piedra de lo que hoy es una bella institución que custodia registros sobre los pormenores de la Batalla de Kinfangondo y otros acontecimientos resultantes de la victoria de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA) con el apoyo de combatientes internacionalistas cubanos, el 10 de noviembre de 1975.
La hija del Héroe de la República de Cuba recorrió el lugar en compañía del Embajador de Cuba en Angola, funcionarios de la representación diplomática cubana, así como directivos y trabajadores del memorial. Antes de despedirse firmó el libro de visitantes agradeciendo la posibilidad de estar en lugar siguiendo los pasos de su querido padre, y obsequió un retrato del General Argüelles para eternizar su figura en tan sagrado lugar.
En vísperas de esta visita al Memorial de la Batalla de Kifangondo, Natasha recibió de manos del presidente João Manuel Gonçalves Lourenço, la medalla conmemorativa por los 50 años de la independencia nacional de Angola, en la categoría Paz y Desarrollo, que el Gobierno angolano decidió entregar post mortem al legendario combatiente internacionalista cubano, conocido también como Domingos da Silva en la tierra que lo vio morir.