En el caso de Cuba, explicó, existe el Programa Nacional de Prevención y Control del VIH-SIDA hace más de tres décadas, fundamentado en el principio de que la salud es un derecho humano básico y tiene como pilares un enfoque integral del tema; la capacidad biotecnológica instalada en el país, que ha permitido la investigación y el desarrollo de medicamentos genéricos; y una ciudadanía con altos niveles de educación que confía en su sistema nacional de salud pública. Añadió que a través del mismo, se garantiza una labor efectiva de prevención, diagnóstico y tratamiento, que se ha ido ampliando y actualizando en consonancia con los cambios de criterios recomendados por la Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH-SIDA.
Rodríguez Camejo ilustró los resultados de Cuba en esta esfera destacando que en el año 2015 Cuba fue certificada por la OMS como el primer país del mundo en eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH; mientras que la prevalencia de VIH-SIDA en la población de 15 a 49 años está muy por debajo del 1 por ciento.
Al concluir la diplomática cubana afirmó que los resultados alcanzados por Cuba, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos, evidencian que la voluntad gubernamental, unida a un enfoque integral y participativo puede incidir de manera positiva en la prevención del VIH, así como en proporcionar una vida digna a las personas con VIH/SIDA,
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.