Desde el comienzo de la independencia nacional, precisamente hace 45 años, Angola y Cuba han mantenido fuertes lazos de cooperación, amistad y hermandad.
Por lo tanto, es casi imposible hablar sobre la historia de la afirmación de Angola como un estado libre y soberano, sin mencionar la contribución del pueblo y el Gobierno del archipiélago más grande del Caribe o el Mar Caribe.
Las relaciones entre los dos estados se remontan a la era de la guerra fría (que terminó en 1991), es decir, poco después de la proclamación de la independencia nacional en 1975.
Fue en medio del conflicto posterior a la independencia, con la entonces República Popular de Angola luchando contra la invasión de fuerzas extranjeras, que Cuba dio los primeros signos de aproximación y solidaridad.
Para la defensa y el mantenimiento de su soberanía, Angola encontró calidez y ayuda en el hemisferio norte, específicamente en Cuba, abriendo puertas a una cooperación que resultaría fructífera y duradera.
La asociación entre los dos países comenzó con una colaboración técnico-militar, teniendo en cuenta la situación de inestabilidad en el momento, pero comenzó a cambiar su diseño a partir de febrero de 1976, con la firma del primer Acuerdo General de Cooperación.
Este importante instrumento legal conduciría más tarde al establecimiento de una Comisión Bilateral entre Angola y Cuba.
Debido a las circunstancias políticas de la época, el Acuerdo de Cooperación General continuó favoreciendo las acciones de asistencia técnico-militar, hasta 1991, un año antes de la implementación del sistema multipartidista en Angola.
En la relación entre los dos países, este componente (militar) sirvió como plataforma de lanzamiento para una asociación más amplia, ahora en otras áreas sociales, como Educación y Salud.
De manera tímida pero significativa, el modelo de cooperación experimentó una reconfiguración y refuerzo, a medida que la tensión militar en el país se alivió, con docenas de maestros cubanos jugando un papel principal en la capacitación del personal angoleño.
En el mismo sentido, estos profesionales cubanos fueron fundamentales para proporcionar la asistencia médica y de medicamentos ideal y necesaria para garantizar el bienestar de los angoleños.
Así, con el primer acuerdo de cooperación centrado en los sectores de Salud y Educación, Angola se benefició de la experiencia de más de 350,000 especialistas cubanos, incluidos médicos, enfermeras, maestros, militares, técnicos y personal de apoyo.
La apuesta por los especialistas cubanos se ha vuelto cada vez más sólida e intensa, a lo largo de los años, marcando pasos firmes para fortalecer al personal de Salud y Educación.
Fue con estos dos sectores que Angola y Cuba consolidaron y solidificaron las relaciones de hermandad y amistad, a través del envío regular de becarios angoleños, para especializarse en ese archipiélago, y de cuadros cubanos al país africano.
Esta nueva apertura hizo posible que cientos de jóvenes angoleños fueran a Cuba, en capacitación en diversas áreas, y la llegada de varios miles de especialistas cubanos (profesores y médicos) a Angola, creando bases sólidas para una cooperación efectiva.
Solo en los primeros dos años del Acuerdo General, Cuba recibió a unos 18,000 angoleños, en su mayoría niños con diferentes niveles de educación, para recibir capacitación.
A la luz de la ayuda internacionalista cubana (1974-1991), las relaciones bilaterales entre Angola y Cuba, al mismo tiempo, se han transformado en cooperación en varios campos.
Además de Salud y Educación, los dos gobiernos comenzaron a cooperar en los campos de Energía, Defensa, Seguridad, Educación Superior, Petróleo e Industria.
Formación de Docentes
No obstante, a pesar de no tener el mismo peso en la balanza de cooperación entre los dos países, la formación de profesores angolanos en Cuba se remonta a los años 80, con la llegada de los primeros 845 profesionales en los diferentes niveles e instituciones de enseñanza.
Los datos muestran que, de los actuales 2,556 becarios angoleños en formación en Cuba, 77 están enseñando a un nivel superior, en varios establecimientos especializados.
Hasta 2017, según información oficial, Cuba recibió un promedio de 40 estudiantes angoleños, para capacitarse en las áreas de ciencias exactas y a nivel pedagógico, en centros especializados en Cienfuegos y Santiago de Cuba.
Con este fin, las autoridades cubanas han puesto a disposición de los estudiantes angoleños organismos de capacitación, dentro del alcance de los acuerdos entre los ministerios de educación de los dos países.
Actualmente, los datos muestran la existencia de 1.105 profesionales cubanos en el país, incluidos 258 médicos recién llegados, para apoyar la lucha contra Covid-19.
Desde su llegada a Angola, se han extendido por varios lugares del país, incluso en áreas remotas, para ayudar en la prevención y el control de enfermedades.
Presente en varias unidades nacionales de salud, este personal también brinda servicios en áreas como la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, la malaria y la tuberculosis.
Además de la prevención y del combate a la Covid-19, los especialistas recién llegados tienen, igualmente, la tarea de contribuir en la prevención de enfermedades materno-infantiles, pediatría y otras enfermedades transmisibles, así como en el aseguramiento de la formación de técnicos angolanos.
Los protocolos de cooperación incluyen también el componente de la formación local (on job), para formar a los cuadros nacionales con conocimientos técnicos y prácticos, con el objetivo de atender las necesidades básicas sanitarias del país, a corto, mediano y largo plazo.
Por el contrario, durante varias décadas, Cuba ha sido el "lugar de aterrizaje" para cientos de angoleños, ya sea individualmente o mediante becas del gobierno, en busca de conocimiento científico en ese país centroamericano.
Actualmente, de los 2,556 becarios angoleños que se capacitan en Cuba, 700 están siendo capacitados en ciencias relacionadas con la medicina, incluidos 50 en cardiología, cirugía cardíaca, medicina interna y cirugía general. El país tiene menos de 500 especialistas.
Los datos del Gobierno de Angola indican que, en 2018, 133 personas capacitadas en Cuba regresaron al país, en las especialidades de medicina, ingeniería informática, electrónica, biología, pedagogía, telecomunicaciones electrónicas, derecho y otros.
En total, según información oficial, más de 40 mil angoleños fueron capacitados en Cuba, en las especialidades de agricultura, salud, construcción, medios, educación, militar, defensa y seguridad, transporte y ciencias políticas, música y teatro, a la luz de Acuerdo general de cooperación.
Además del componente de capacitación en Cuba, Angola, enfocada en aumentar los recursos humanos y mejorar la situación de la salud, tiene profesores cubanos en cinco escuelas de medicina angoleñas.
A pesar de las mejoras que se han registrado en el campo de la asistencia médica y farmacológica, es necesario trabajar para profundizar las relaciones, a fin de permitir que las poblaciones tengan acceso rápido a los servicios hospitalarios.
El Sistema Nacional de Salud comprende dos mil 644 unidades de salud, de las cuales 15 son hospitales nacionales, 25 son provinciales, 45 son generales, 170 son municipales, 442 son centros de salud, 67 son centros materno infantiles, y hay 880 puestos médicos y otras 37 infraestructuras.
Lo proporcionan 69.816 trabajadores, de los cuales 6.400 son médicos, 35.458 enfermeras, 8.178 técnicos de diagnóstico y terapeutas, 11.329 trabajadores de apoyo hospitalario y 11.576 trabajadores administrativos.
A pesar de la desaceleración entre 1991 y 2002, las relaciones diplomáticas entre Angola y Cuba han mantenido la misma vitalidad en los últimos años.
Es el deseo de ambos Estados expandir y diversificar las relaciones bilaterales, con énfasis en las áreas de economía, comercio, finanzas e inversiones.
En la base de este impulso se encuentra un mecanismo lanzado en 2019, en Luanda, cuyo objetivo es acelerar la implementación de los compromisos firmados por ambos Estados, a través de la Comisión Intergubernamental para la Cooperación Económica y Técnico-Científica.
Este es un paso importante hacia la construcción de una nueva y dinámica cooperación bilateral, que permitirá a los dos países llevar a cabo diferentes iniciativas conjuntas.
(Tomado de Angop)
