¡VIVA CUBA LIBRE!

Carta abierta a los cubanos residentes en Suiza y Liechtenstein

Nuestro país, al igual que todo el mundo, atraviesa un momento complejo y peligroso. Una gran potencia militar y económica como EE.UU. es gobernada por una élite fascista que amenaza la paz y la existencia del planeta y refuerza como nunca el criminal bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, en medio de una pandemia que ha golpeado a todos los países y agudizado la crisis económica mundial. A pesar de eso, nuestra nación ha enfrentado de forma ejemplar la pandemia, logrando controlarla, con índices de contagiados y fallecidos que están entre los más bajos del mundo.

En esas circunstancias, también arrecia la guerra mediática contra nuestra Patria. El libreto es el mismo, solo que ahora los mensajes de odio y las falacias se han incrementado y se propagan utilizando las nuevas tecnologías de la información, a través de Internet y las redes sociales.

Los que promueven la mentira y el odio contra Cuba, en línea con el discurso de Trump y sus secuaces, también apoyan el bloqueo, el terrorismo y lo que consideran “la solución” más rápida y efectiva: una invasión militar, aún al costo de la vida de decenas de miles de cubanos y de la destrucción de nuestro país. Aunque algunos de ellos no se atrevan a decirlo abiertamente, sus acciones contribuyen a favorecer esa opción, nunca descartada por los gobernantes estadounidenses.

No son patriotas, ni “luchadores por la libertad”, ni “defensores de la democracia y los derechos humanos”, sino nuevos anexionistas, herederos de los “voluntarios” que combatieron al lado de los españoles contra los mambises, de los batistianos y los oligarcas que huyeron a Miami cuando triunfó la Revolución, de los mercenarios entrenados por la CIA que fueron derrotados en Playa Girón y de los terroristas que ametrallaron poblaciones y centros turísticos en Cuba, hicieron estallar en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación y detonaron bombas en hoteles de La Habana. Ese odio fue el que incitó el ataque terrorista contra la Embajada de Cuba en Washington el pasado 30 de abril, que aún no ha sido condenado por el gobierno de ese país.

Exaltados por la agresividad de la camarilla trumpista y la campaña de odio orquestada en Miami, un minúsculo grupo de cubanos en Suiza ha decidido sumarse a ella, coreando las mismas mentiras y siguiendo las instrucciones que reciben desde allí, para dividir y confundir a la comunidad cubana.

Como no hay peor ciego que el que no quiere ver, no condenan el bloqueo y repiten que es “interno”, cuando el gobierno norteamericano casi a diario anuncia nuevas sanciones para estrangular la economía de nuestro país, y saben que estas son acatadas incluso por los principales bancos suizos. También deliran hablando de “liberar” a Cuba y restaurar el capitalismo, como si nuestra Patria no fuera libre, soberana e independiente desde el 1º de enero de 1959 y los cubanos no hubieran hecho una Revolución para liberarnos definitivamente de la dependencia, la injusticia, la miseria, el analfabetismo y la insalubridad en que vivía la mayor parte de nuestro pueblo y todavía vive gran parte de la humanidad, a causa del capitalismo.

Los peones de esta nueva cruzada no deben desconocer que la mayoría de los cubanos que viven en Suiza y en cualquier lugar del mundo, defienden la libertad, la independencia, la soberanía y el derecho a la autodeterminación de su Patria, quieren ayudar a su pueblo y a sus familiares, y rechazan las agresiones contra nuestro país, especialmente el bloqueo, que tanto daño ha causado y sigue causando a las familias cubanas. La Asociación “Somos Cubanos”, creada hace varios años, representa esa voluntad y esos sentimientos de la mayor parte de los compatriotas residentes en Suiza, y además promueve los contactos y el apoyo entre ellos, así como la divulgación y preservación de nuestra cultura y tradiciones nacionales.

Tampoco se puede ignorar que la voluntad de la gran mayoría de los cubanos que viven en Cuba, reiterada en el referendo constitucional celebrado el 24 de febrero de 2019, es preservar la libertad, la independencia, la soberanía y la justicia social conquistadas con tanto sacrificio y defenderlas a cualquier precio, como lo han hecho a lo largo de más de 60 años de heroica resistencia.

Nuestro pueblo sabe bien, además, lo que nos depara la nefasta Ley Helms-Burton si EE.UU. logra su objetivo de provocar un “cambio de régimen” en Cuba: nos impondrían un “gobernador” nombrado en Washington y mantendrían el bloqueo económico durante décadas, pues este podría ser levantado solo después de desmantelar todas las conquistas sociales y cuando los descendientes de los antiguos dueños de nuestro país vuelvan a apropiarse de nuestras tierras, minas, fábricas, hospitales, escuelas, universidades y hasta de nuestras viviendas.

Los verdaderos patriotas, los que amamos a Cuba, tenemos el deber de defender nuestra libertad y nuestras conquistas. Hay que desenmascarar a los nuevos anexionistas que sirven a intereses ajenos a los de nuestro pueblo; continuar denunciando y demandando el cese del bloqueo, que también es exigido por casi todas las naciones del mundo; reclamar que nos devuelvan el territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo y que nos dejen vivir en paz, para que Cuba pueda seguir siendo libre, resolver sus problemas sin injerencia externa y desarrollarse “con todos y para el bien de todos” como quería nuestro Martí.

Digamos nosotros ¡Viva Cuba libre!, que es el grito de guerra de nuestros mambises, de los combatientes del Ejército Rebelde comandado por Fidel, que liberó a Cuba para siempre, y de nuestro heroico pueblo, decidido a defender esa libertad al precio que sea necesario.

Embajada de Cuba en Suiza

Berna, 17 de julio de 2020

Categoría
Comunidad cubana
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