Este 19 de agosto, aniversario 105 del fallecimiento del gran Carlos Juan Finlay, el Dr Vicente Vérez Bencomo, director del prestigioso instituto nacional de vacunas que lleva el nombre del insigne científico, presentó ante el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez y el Grupo nacional de Expertos para el enfrentamiento a la pandemia, el primer candidato vacunal específico contra la COVID-19 de la pequeña y asediada Cuba.
El estudio cuenta con la autorización fundamental del Centro para el Control Estatal de la Calidad de los medicamentos ( CEDMED), que es la autoridad reguladora.
La segunda fase de estos ensayos clínicos está programada para el 11 de septiembre, cuando se completarán los 676 voluntarios, incluyendo en esa cifra los 40 de la primera fase.
Allí el presidente pidió que, al margen de los progresos de otras naciones en la búsqueda de una vacuna, era importante conseguir la nuestra, porque le daría soberanía al país en el enfrentamiento a la pandemia en medio del hostil asedio imperial a todo lo que signifique desarrollo y progreso propios.
El pasado 28 de julio las pruebas en humanos las iniciaron, en su propia piel, los doctores Vicente Vérez, director del Finlay y Yuri Valdés y Dagmar García, también directivos de la institución, quienes son, a la vez, investigadores principales en un proyecto que, como es tradición en la ciencia cubana, integra también esfuerzos y aportes del Centro de Inmunología Molecular (CIM) y la Universidad de La Habana.
Al hablar de Soberana, el líder del proyecto marcó los bajos riesgos, pocas incertidumbres y alentadores resultados de la fase preclínica en ratones y conejos. Y en el caso de ellos, los pioneros de la fase clínica, certificó que han experimentado “una alta respuesta inmune”, que debe confirmarse en los próximos días, después de aplicada la segunda dosis.
Los tres, visiblemente emocionados, comentaron en la sala del Palacio de la Revolución, donde transcurrió la reunión, que la autorización para los ensayos clínicos en Fase 1 y 2, les llegó en vísperas del 13 de agosto, cumpleaños 94 de Fidel, a quien calificaron como la mayor fuente de inspiración: “el que nos enseñó a mirar al futuro, a soñar y salir dispuestos a conquistarlo al precio que fuese necesario...”. Imposible obviar otra vez la significación de la fecha.
Sobre el nombre, comentó, también emocionado, que “recoge el sentimiento de patriotismo y de compromiso revolucionario y humanista con que se ha trabajado, y también el compromiso con lo fundacional, y cuando hablamos de fundacional, estamos hablando del Comandante en Jefe”.
Al pueblo, transmitió una idea fundamental, en cuanto a que lo presentado este 19 de agosto: si bien es un camino que abre esperanzas, “todavía es largo, de meses, de rigor en el ensayo clínico en cada una de sus fases y, por lo tanto, hay que exigir más responsabilidad social para evitar nuevos brotes de la COVID-19 y llegar al resultado final de la vacuna en una mejor situación epidemiológica”.
Finalmente sintetizó el sentimiento colectivo al decir que “hazañas como éstas de nuestra ciencia son de las cosas que a uno le reafirma cada vez más el orgullo de ser cubanos”.
(Tomado de Cubadebate)