París, 7 de enero En el informe del taller “Promover soluciones basadas en los conocimientos indígenas y locales: para responder a los impactos y a las vulnerabilidades relacionadas con el cambio climático Una perspectiva desde el Caribe”, lanzado en el día de ayer, la UNESCO reconoce algunas experiencias y técnicas tradicionales de cultivo de Cuba que ejemplifican cómo se moviliza el conocimiento ambiental de las comunidades locales que viven en pequeñas islas del Caribe para adaptarse a la dinámica meteorológica y climática.
El reporte resalta la necesidad de reflexionar sobre cómo los proyectos de desarrollo se articulan con las prácticas tradicionales y evitar prácticas dan como resultado la degradación del suelo, la contaminación por plaguicidas, la degradación ambiental y la pérdida de la diversidad y los conocimientos tradicionales, lo que genera cambios en los patrones sociales que ya no se basan en familias y economías solidarias. En este sentido, se destaca que en Cuba se están protegiendo semillas y mejorando los sistemas de riego para el uso de maíz y frijol tradicionales.
De acuerdo con la publicación de la UNESCO, el estudio de caso cubano mostró que el conocimiento tradicional no es uniforme entre los diferentes grupos. Por ejemplo, en la región de Contramaestre y Palma Soriano de Cuba, diferentes grupos de campesinos dan atribuyen una importancia diferente a los varios factores que influyen en el tiempo y el clima.
Sin embargo, también se identificaron conocimientos y prácticas similares entre diferentes países del Caribe en los que se utilizan indicadores etno-meteorológicos e hidrológicos para evaluar el tiempo y el clima; indicadores biológicos, como signos de plantas y animales; indicadores físicos e indicadores cosmológicos. Estos indicadores ayudan a saber cuándo, qué y dónde plantar, sembrar, cosechar y pescar, qué tipo de peces, cómo construir sus casas, etc.
Específicamente el informe hace referencia al estudio de caso cubano titulado “Conocimiento local de los agricultores cubanos sobre el clima y la biodiversidad” basado en las Cabañuelas, un sistema de predicción tradicional que durante siglos ha permitido a los agricultores cubanos del municipio de Contramaestre elaborar predicciones meteorológicas anuales.
Los agricultores cubanos organizan el ciclo agrícola anual combinando las predicciones de las Cabañuelas con sus conocimientos sobre el ciclo lunar y la diversidad de semillas. Este conocimiento les permite identificar qué época del año es la mejor para plantar las semillas de las que disponen.
El reporte del evento señala que con la creciente frecuencia e intensidad de los eventos extremos en el Caribe, los agricultores de la región experimentan problemas con la precisión de sus pronósticos, un problema que también experimentan los científicos. Al respecto, subraya el reconocimiento de los agricultores cubanos del potencial de emplear técnicas de predicción locales e indígenas y las de los científicos, con el objetivo de mejorar las capacidades de adaptación locales.
El taller se llevó a cabo del 3 al 5 de septiembre de 2019, en Georgetown, Guyana. Fue el primer diálogo interdisciplinar en su tipo, y reunió a 40 expertos de 14 países de la región del Gran Caribe quienes intercambiaron acerca de las perspectivas que, desde los conocimientos indígenas y locales de la región, presentan elementos pertinentes para la generación de soluciones para abordar los impactos y las vulnerabilidades relativos al cambio climático.
Misión Permanente de Cuba ante la UNESCO