Querida Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe,
Distinguidos representantes de los Estados miembros de América Latina y el Caribe.
Estimados invitados:
Tengo el honor de dirigirme a ustedes en representación de América Latina y el Caribe, en virtud de la presidencia pro-témpore asumida por Cuba de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Los múltiples y crecientes desafíos globales y regionales, acrecentados por la grave emergencia planteada por la Pandemia del COVID-19 evidencian, como nunca antes, la necesidad de una mayor y renovada cooperación internacional, el fortalecimiento del multilateralismo y de una mayor solidaridad e integración entre nuestros pueblos. Sólo así podremos enfrentar y mitigar los muy graves y múltiples efectos de la presente situación, que ponen en peligro nuestra supervivencia y la capacidad de poder implementar a tiempo y por completo nuestros compromisos y metas en materia de desarrollo sostenible. Ningún país podrá salvarse por sí solo.
La pandemia del COVID-19 ha impactado a América Latina y el Caribe en un momento de debilidad en su economía y de vulnerabilidad social. A medida que esta se propaga en la región, su carácter de crisis sanitaria, económica y social se hace cada vez más evidente. Por otra parte, la dimensión y la duración de sus efectos, si bien aún inciertos, tienen el potencial de revertir los avances logrados en los últimos decenios en materia de desarrollo y exacerbar aún más las desigualdades y vulnerabilidades ya existentes.
La caída de los precios y de la demanda de muchos de nuestros productos de exportación; el colapso de las industrias de servicios, entre ellas la de viajes y el turismo, de gran importancia para las economías del Caribe y Centroamérica; la disminución abrupta de las remesas; la caída de los flujos de inversión extranjera directa; la baja capacidad crediticia y las salidas de capitales en muchos de nuestros países, entre otros aspectos, esbozan un muy complejo escenario y dificultan nuestra capacidad para hacer frente a nuestras necesidades actuales y futuras en materia económica y social. Los datos lo ilustran muy claramente: será la mayor crisis económica y social de la región en muchas décadas.
Un tema de particular importancia para nuestra región, agravado por el actual contexto, es lo relativo a la necesidad de buscar soluciones sostenibles y duraderas al alto nivel de endeudamiento presente en muchos de nuestros países. Las economías con niveles insostenibles de endeudamiento, incluido los países de ingresos medios que lo requieran, deberán poder beneficiarse en las actuales circunstancias de medidas de alivio de su deuda, suspensiones sustantivas de sus obligaciones y posibles cancelaciones o reestructuraciones, de manera que se garantice el espacio fiscal necesario para poder enfrentar la pandemia del COVID-19 y preservar un patrón de desarrollo sostenible.
Esta crisis es también una oportunidad para repensar nuestro camino, debemos alcanzar un nuevo estilo de desarrollo con mayor igualdad, inclusión y sostenibilidad ambiental, que no deje a nadie atrás.
En tales empeños, consideramos también que la Cooperación Sur-Sur entre nuestros países puede jugar un rol fundamental para enfrentar mejor los actuales retos.
Por otra parte, en este camino, no podemos relegar tampoco el defender reclamos históricos, como la reafirmación de los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, incluyendo las responsabilidades comunes pero diferenciadas, así como el llamamiento al Sistema de Naciones Unidas a la atención diferenciada a las necesidades de desarrollo de los países de ingresos medios, incluido tener en cuenta variables que vayan más allá de los criterios relativos a los ingresos per cápita y un enfoque multidimensional del desarrollo.
Distinguidos representantes,
La próxima celebración del segmento sobre Actividades Operaciones para el desarrollo del Consejo Económico y Social será también una importante ocasión de avanzar y tomar decisiones sobre el camino a seguir con relación a los mandatos aún pendientes del reposicionamiento del Sistema de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en particular lo relativo a las Oficinas Multi-país y la reforma en el plano regional, temas de gran interés para toda nuestra región, todo lo cual contribuirá sin dudas a potenciar los esfuerzos nacionales y regionales durante el Decenio de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La pandemia del COVID-19 y sus adversos impactos para nuestra región solo nos puede conducir a renovar y fortalecer nuestro compromiso con la plena y oportuna implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, sus objetivos y metas. En tal sentido, reiteramos nuestra voluntad de celebrar la Tercera Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible tan pronto la condición en nuestros países lo permita. En dicha ocasión, de conjunto con la CEPAL, estaremos en mejores condiciones de poder analizar los impactos de la actual crisis y poder trazar colectivamente nuevas estrategias que nos permitan reforzar los esfuerzos nacionales y regionales en pos de una acelerada recuperación, y renovar el ritmo de implementación para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Distinguidos representantes,
Queremos aprovechar también esta oportunidad para reconocer una vez más la contribución y el liderazgo mostrado por la CEPAL en esta difícil coyuntura.
En tal sentido, queremos destacar por su gran relevancia la puesta en funcionamiento por la CEPAL del Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, que recopila y pone a nuestra disposición las políticas públicas que los 33 países de la región latinoamericana y caribeña han estado tomando para limitar el impacto de la pandemia, así como como el análisis de sus impactos económicos y sociales.
Queremos también reconocer el incansable y amplio trabajo desplegado por su Secretaria Ejecutiva Alicia Bárcena, que ha liderado nuestras acciones dirigidas al cumplimiento de la Agenda 2030, así como ha propuesto valiosas soluciones e iniciativas que contribuirán sin duda al desarrollo sostenible de nuestra región.
Cuba tiene la convicción de que el momento actual reclama como nunca antes cooperación y solidaridad, incluso reconociendo diferencias políticas. La pandemia no respeta fronteras ni ideologías. Amenaza la vida de todos y es de todos la responsabilidad de enfrentarla. Unidos podemos lograrlo.
Muchas gracias.