Intervención de Alejandro González, Primer Secretario de la Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas, en explicación de voto respecto al proyecto de resolución “Institución Independiente sobre personas desaparecidas en la República Árabe Siria”.

Intervención de Alejandro González Behmaras, Primer Secretario de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en explicación de voto (antes del voto) respecto al proyecto de resolución titulado “Institución Independiente sobre personas desaparecidas en la República Árabe Siria” (A/77/L.79).

Nueva York, 29 de junio de 2023

Señor Presidente:

Además de lo expuesto por la delegación de Venezuela, en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, que mi delegación suscribe, quisiera añadir lo siguiente a título nacional.

Resulta muy preocupante que continúe avanzando el sesgo de politización y selectividad al abordar la cuestión de los derechos humanos y otras conexas, como los asuntos humanitarios, contra países en desarrollo. 

Urge desterrar la selectividad, los dobles raseros, los enfoques punitivos y la politización en el tratamiento de la cuestión de los derechos humanos, ámbito en el que ningún país está exento de retos y desafíos. Estas negativas prácticas, que sólo se articulan contra países en desarrollo y sobre los que además se imponen medidas coercitivas unilaterales, exacerban la confrontación política y no mejoran la situación en el terreno.

Es lamentable que prevalezca el interés de utilizar la cuestión de los derechos humanos, y ahora también temas de índole humanitaria, con fines políticos contra la República Árabe Siria, y de aprovechar la plataforma de esta Asamblea con tales propósitos.

Nos preocupa particularmente el ensañamiento contra Siria, y la proliferación de mecanismos e iniciativas sobre dicho país, sin el consentimiento de sus autoridades. Con la nueva institución que el proyecto de resolución L.79 intenta crear, serían tres los mecanismos internacionales en el marco de las Naciones Unidas, dedicados a abordar asuntos relacionados con Siria, todos con un innegable prisma de politización, independientemente del disfraz humanitario y noble con el que se presenten.

Insistimos en que la politización de la cuestión de los derechos humanos contra Siria no contribuirá a la solución del conflicto. No lo ha hecho en más de una década. Menos podrá hacerlo ahora. Tampoco contribuirá a dilucidar el paradero de las personas desaparecidas.

En tal sentido, reafirmamos nuestro inequívoco apoyo a la búsqueda de una solución pacífica y negociada al conflicto en Siria. Confiamos plenamente en la capacidad del pueblo y las autoridades sirias para alcanzar ese objetivo. La comunidad internacional debe contribuir a materializar ese propósito, lo cual no ocurrirá mientras proliferen iniciativas políticamente motivadas contra Siria.

Es imprescindible respetar plenamente la soberanía e integridad territorial de Siria, tomar en cuenta los genuinos intereses y las aspiraciones de su pueblo, cesar las acciones intervencionistas y desestabilizadoras y fomentar la cooperación con las autoridades del país.

No pasa desapercibido el contexto en que esta iniciativa se presenta, más favorable para la reinserción de Siria en los mecanismos regionales y el acercamiento con varios de sus vecinos. Ello demuestra la agenda que se esconde tras los propósitos humanitarios del nuevo mecanismo.

No compartimos ni aceptamos, que se manipule o convierta la Asamblea General en plataforma o instrumento contra Siria, lo cual en el futuro pudiera replicarse contra cualquier otro país en desarrollo.

Debe preservarse además la distribución de funciones entre la Asamblea, la Tercera Comisión y el Consejo de Derechos Humanos para abordar, de manera objetiva, balanceada y no discriminatoria, la cuestión de los derechos humanos, en Siria u otro país.

Desde el punto de vista técnico, el nuevo mecanismo internacional genera serias preocupaciones, más allá del superficial ejercicio de negociación simulado.

Por ejemplo, preocupan las ambigüedades y omisiones del mandato de la nueva institución; los inevitables solapamientos que se producirán con las labores de los mecanismos ya existentes; el hecho de que sus términos de referencia no sean el resultado de un ejercicio de consulta con el país concernido ni de una negociación intergubernamental, y los criterios para estimar las implicaciones presupuestarias, sin haberse siquiera constituido el mandato ni haberse elaborado sus términos de referencia. También preocupan las fuentes de financiamiento de un mecanismo como este, que no cuenta con el apoyo del país concernido y que evidentemente genera división.

Por todos estos elementos, y sobre la base de su posición de principios en contra de la politización, la selectividad, la manipulación y los dobles raseros contra el Sur, mi delegación votará en contra del proyecto de resolución L.79.

Muchas gracias.