Nueva York, 22 de abril de 2024.
Las múltiples crisis actuales de carácter multidimensional, han creado impedimentos adicionales para la erradicación de la pobreza en sus diferentes manifestaciones y a la financiación en condiciones favorables. ¿Han considerado cómo apoyar mejor a los países en desarrollo a superar el impacto de estas crisis cuando aún se están recuperando de la COVID-19?
Qué medidas de emergencia se aplicarían para impulsar cambios estructurales y construir un sistema económico y financiero internacional justo, equitativo e integrador?
En este sentido, ¿Cómo lograr que los programas nacionales del FMI abandonen su sesgo contractivo y, en su lugar, se diseñen para ser anticíclicos y estar plenamente alineados con los objetivos de desarrollo y climáticos?
Por solo citar un ejemplo, pudieran introducirse nuevas e importantes asignaciones de Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI en función de las necesidades de los países en desarrollo, especialmente de los más vulnerables al cambio climático, en lugar del actual sistema de cuotas.
Los débiles esfuerzos de la comunidad internacional por aliviar la deuda tras la crisis de Covid-19 es solo la última manifestación de lagunas y deficiencias conocidas desde hace tiempo en este tema, que favorecen fuertemente las políticas de austeridad procíclicas, socavan las perspectivas de crecimiento y la sostenibilidad de la deuda, así como la creciente fragmentación de los mecanismos para abordar los intereses de los acreedores.
Al respecto, ¿se ha valorado la creación de una autoridad mundial de la deuda o mecanismo multilateral que aborde de manera holística los intereses tanto de los acreedores como de los deudores, y que tenga en cuenta sistemáticamente las preocupaciones de todas las partes interesadas?
Se requieren acciones inmediatas para que los países en desarrollo puedan recuperarse de las múltiples crisis actuales y alcanzar los ODS en la actual década de acción. Estas propuestas contribuirían sustancialmente a este objetivo.
Muchas Gracias
