Señor presidente,
En primer lugar, permítame felicitarlo por su elección y agradecerle su liderazgo al frente de la Comisión, en cuyo desempeño puede contar con el apoyo de Cuba.
Treinta años después, los mandatos y compromisos asumidos en la Declaración y el Programa de Acción de Copenhague mantienen su relevancia y plena vigencia. Su implementación, sin embargo, no ha experimentado el avance deseado.
El actual orden económico internacional, injusto e insostenible, lejos de contribuir a la implementación de los compromisos de Copenhague, multiplica el hambre, la pobreza, las desigualdades y la exclusión, perpetúa la brecha entre países desarrollados y en desarrollo.
El cumplimiento de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible se percibe como una meta casi imposible de lograr.
La humanidad está hoy tres décadas atrás en materia de reducción de la pobreza extrema, con niveles de hambruna no vistos desde 2005, a los que se suman los problemas del mundo post-pandemia y el genocidio que se comete en Gaza, sin una respuesta efectiva de la comunidad internacional.
La realidad internacional se complejiza aún más, mientras se promueve la apología de la guerra en nombre de la paz, se incrementan los ataques a las organizaciones internacionales y se lacera sin miramiento el multilateralismo. La contraofensiva imperialista liderada por el nuevo gobierno de los Estados Unidos supone un peligro real para la paz y la seguridad internacionales.
Paralelamente, continúa la obsoleta y arbitraria práctica de imponer medidas coercitivas unilaterales como medio de coerción política y económica contra países del Sur, las que obstaculizan significativamente sus esfuerzos hacia el desarrollo sostenible. Estas medidas deben cesar de inmediato.
Señor Presidente:
El nuevo gobierno de los Estados Unidos, haciendo gala de una arrogancia sin límites y dejando al descubierto su profundo irrespeto a las normas y principios del derecho internacional, ha declarado nuevamente su interés de asfixiar económicamente a Cuba, causar daño a nuestro pueblo, y pretender que renunciemos a las conquistas sociales de nuestra Revolución.
Sus recientes decisiones para reforzar el criminal bloqueo contra Cuba, incluida la infundada reinclusión de nuestro país en la espuria lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, constituyen un nuevo acto hostil, que pone al descubierto la naturaleza corrupta con que opera ese gobierno de modo general y, específicamente, en su política de máxima presión contra Cuba.
67 años de resistencia y creatividad del valeroso pueblo cubano frente a la agresión imperialista debería ser una demostración más que suficiente para los Estados Unidos de que en nuestra naturaleza rebelde no está amilanarnos ni mucho menos darnos por vencidos.
Seguiremos promoviendo el acceso universal a una educación de calidad, la cobertura sanitaria universal, la igualdad de oportunidades, la protección social, la transferencia de recursos, tecnologías y conocimientos y el fortalecimiento de la cooperación internacional, incluidas la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y triangular, como vías imprescindibles para lograr la erradicación de la pobreza, el pleno empleo y la inclusión social.
Continuaremos resistiendo, creando y venciendo a pesar de la adversidad. Seguiremos avanzando en el cumplimiento de la Agenda 2030 y en la implementación de políticas inclusivas en favor de todas las cubanas y los cubanos.
Sr. Presidente,
Frente a los retos impuestos por un contexto internacional adverso, en particular para las naciones en desarrollo, la Comisión de Desarrollo Social debe continuar desempeñando su irremplazable papel en la promoción de los compromisos asumidos en la Cumbre de Copenhague.
La Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, a celebrarse en Qatar, constituye una valiosa oportunidad para renovar nuestro compromiso colectivo con los postulados de Copenhague.
Esperamos que la Declaración Política contribuya a fortalecer los 3 pilares del desarrollo social, impulsar la reforma de la arquitectura financiera internacional y la promoción de la solidaridad y la cooperación en sus diferentes modalidades para avanzar hacia un desarrollo social justo y equitativo.
Reitero el invariable compromiso de Cuba de participar en este proceso de forma transparente, constructiva y propositiva, como hicimos hace 30 años.
Muchas gracias.