Señor Presidente:
Suscribimos la intervención de Indonesia en nombre del Grupo de Estados Miembros del Movimiento de Países No Alineados que son Parte del TNP.
El Artículo VI del TNP, como el resto de las provisiones del Tratado, es una obligación jurídica. Sin embargo, persiste la selectividad en la aplicación de los tres pilares que conforman el TNP, en detrimento del desarme. Los Estados poseedores de armas nucleares no avanzan en la implementación del Artículo VI; por el contrario, modernizan sus arsenales y desarrollan nuevos sistemas de armas.
Más de 12 mil ojivas nucleares existen hoy. Se perpetúan posturas y doctrinas militares sustentadas en la disuasión nuclear, la llamada “estabilidad estratégica”, o la necesidad de “crear las condiciones para el desarme nuclear”, ignorando el legado de consecuencias humanitarias y ambientales de cualquier detonación nuclear. Se generan preocupaciones adicionales sobre los peligros que entrañaría una reducción de la supervisión humana en el manejo de armas nucleares, en el contexto del desarrollo de la tecnología de la inteligencia artificial en el ámbito militar.
Señor Presidente:
El documento de trabajo del Grupo de Estados miembros del MNOAL que son Parte del TNP en relación con el clúster sobre desarme nuclear debe ser un referente esencial para las deliberaciones de hoy y con vistas a la elaboración de recomendaciones de este Comité Preparatorio a la Conferencia de Examen de 2026.
Destacamos la convicción del Grupo de que el desarme nuclear sigue siendo la máxima prioridad. De ahí que nuestra delegación abogue por que las recomendaciones a la Conferencia de Examen no se limiten a reafirmar los compromisos anteriores o a promesas de medidas para reducir el riesgo nuclear, las cuales no sustituyen las obligaciones de desarme de los Estados poseedores de armas nucleares, ni pueden convertirse en otro condicionamiento.
Las labores del Comité Preparatorio y de la Conferencia de Examen deben dirigirse de manera inequívoca a acordar medidas concretas para la eliminación total de las armas nucleares, de manera transparente, verificable e irreversible, en un plazo de tiempo definido.
Bajo este precepto, concedemos gran importancia a la necesidad de universalizar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que proscribe estas armas y todo tipo de ensayos nucleares en toda circunstancia.
América Latina y el Caribe, con el mayor número de Estados Parte en ese trascendental instrumento, es ejemplo para el mundo. Los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, al proclamar la región como Zona de Paz en el año 2014, reafirmaron como objetivo prioritario la promoción del desarme nuclear.
Sin embargo, la meta global sigue sin cumplirse. Urge pasar de las palabras a los hechos para cambiar el status quo y hacer realidad el anhelo de un mundo libre de armas nucleares.
Muchas gracias.