Intervención de la Embajadora Daylenis Moreno Guerra, Representante Permanente Alterna de Cuba ante las Naciones Unidas en la reunión plenaria para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial.

Señor Presidente,

Las teorías supremacistas que sustentan el racismo y la discriminación racial son científicamente falsas, moralmente condenables y socialmente injustas y peligrosas.

En 1893, el apóstol nacional de Cuba, José Martí, cuya sapiencia y legado han traspasado fronteras y generaciones, nos advertía: “El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza o a otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos (…) Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro”.

132 años después, Cuba está absolutamente convencida de que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia deben combatirse y eliminarse, en todas sus formas y manifestaciones, como un asunto de máxima urgencia.

Para avanzar en esta dirección es imprescindible resolver sus causas raigales, incluida la pobreza y el subdesarrollo, las secuelas del colonialismo, la esclavitud y la trata transatlántica de esclavos, la marginación y exclusión social y la falta de educación. Debe promoverse una cultura de tolerancia y respeto entre las personas y entre las naciones.

La Declaración y Programa de Acción de Durban, cuya trascendencia histórica y valor programático son incuestionables, continúa siendo el pilar de los esfuerzos internacionales contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.

Sus compromisos no pueden seguir siendo una tarea pendiente. Se necesita mayor voluntad política y unidad de acción para erradicar todos los vestigios de racismo y discriminación racial en todo el mundo.

En este día de conmemoración, Cuba ratifica su firme compromiso con la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.

Damos la bienvenida a la proclamación del Segundo Decenio Internacional de las Naciones Unidas para los Afrodescendientes 2025-2034.

Señor Presidente,

Un mundo mejor no será posible, mientras exista un mínimo vestigio de discriminación racial o de ideas supremacistas, racistas y xenófobas.

Es lamentable que en pleno siglo XXI, 25 años después de la celebración de la Conferencia de Durban; ciertos países, en particular algunos altamente desarrollados, continúen empeñándose en renegar de la Declaración y Programa de Acción.

Es altamente preocupante que, en países como Estados Unidos, se siga justificando o tratando de normalizar este tipo de comportamientos discriminatorios, incluso dentro del aparato político estatal y gubernamental.

Es inconcebible que un país que se presenta a nivel global como un supuesto campeón de los derechos humanos y que se arroga un derecho que nadie le ha otorgado para señalar críticamente a otros en esta materia, sea totalmente incapaz de resolver el grave problema de racismo estructural y sistémico que padecen las minorías afrodescendiente, latina e indígena en su propio territorio.

En Estados Unidos, el racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia son fenómenos cotidianos, agravados exponencialmente en los últimos meses.

Los pronunciamientos discriminatorios y xenófobos del nuevo gobierno de los Estados Unidos contra los migrantes, a quienes han tratado de forma generalizada como delincuentes, no tienen comparación y representan una afrenta a la dignidad plena del hombre.

El apoyo financiero, político, logístico y militar del gobierno estadounidense al genocidio israelí contra el heroico pueblo palestino constituye una vergüenza para la humanidad y merece nuestro más enérgico rechazo.

Señor Presidente:

Cuba es un país orgullosamente mestizo. Para el Estado y el Gobierno cubanos, la erradicación del racismo, la discriminación racial y la xenofobia constituye un imperativo ético.

Nuestra Revolución se propuso desde su inicio saldar la deuda histórica heredada de siglos de explotación colonial en materia de erradicación del racismo y discriminación racial. Ha sido una tarea compleja.

Aunque resta trabajo por hacer, y a pesar del impacto brutal del bloqueo estadounidense contra nuestro pueblo, recrudecido con la infame inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo; nuestro país ha alcanzado resultados relevantes en este ámbito, que son plenamente consistentes con nuestra firme posición de principios de no dejar a nadie atrás.

En 2019, tras la adopción del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, se constituyó la Comisión Nacional “Color Cubano”, mandatada para dar seguimiento a las acciones para combatir y eliminar definitivamente cualquier vestigio de racismo, prejuicios raciales y discriminación racial que subsistan en Cuba.

En octubre de 2023, por iniciativa de la sociedad civil, se estableció el observatorio social “Color Cubano” que tributa a la implementación del Programa Nacional, a través del monitoreo de los planes territoriales contra el racismo y la discriminación racial.

Con sumo orgullo, Cuba acogió en 2024 la celebración de la Conferencia Internacional: “Nuevas narrativas: memorias, resistencia y reivindicación”, conmemorativa del programa UNESCO “Las rutas de las personas esclavizadas”; así como la “Conferencia Internacional Cuba 2024, decenio de los afrodescendientes, igualdad – equidad – justicia social”. Ambos eventos internacionales constituyeron oportunos espacios de reflexión e intercambio entre representantes gubernamentales y de organizaciones internacionales, expertos de Naciones Unidas, académicos, antropólogos y la sociedad civil.

Los resultados alcanzados en esta materia nos impulsan a seguir perfeccionando el sistema de justicia social, con el compromiso renovado de lograr la erradicación definitiva de todas las formas y expresiones de racismo y discriminación racial en Cuba.

Concluyo citando a Fidel Castro, quien en la Conferencia de Durban expresó: “El racismo, la discriminación racial y la xenofobia constituyen un fenómeno social, cultural y político, no un instinto natural de los seres humanos”. Trabajemos de consuno por erradicar estos flagelos. Rechacemos cualquier iniciativa que pretenda normalizarlos o justificarlos. La humanidad nos observa, no la defraudemos.

Muchas gracias