Señora Presidenta:
Mi delegación suscribe las intervenciones de Uganda, a nombre del Movimiento de Países No Alineados y de Venezuela, a nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, y desea añadir los siguientes comentarios a título nacional.
Cuba reafirma su compromiso irrestricto con la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo de 1986, cuyo 40 aniversario celebraremos el próximo año.
El desarrollo no es solo una meta medible con indicadores. La Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993 lo reafirma como un derecho universal e inalienable, y como parte integrante de los derechos humanos fundamentales. Toda persona y todos los pueblos tienen derecho a participar en el desarrollo económico, social, cultural y político, a contribuir a él y a disfrutarlo.
La decisión del Consejo de Derechos Humanos en su resolución 54/18, de trasladar a Nueva York el proyecto de instrumento internacional vinculante sobre el derecho al desarrollo, para su discusión por la Asamblea General, es, sin dudas, un paso de avance en la dirección correcta.
Aun así, este derecho sigue estando muy lejos de ser una realidad para la mayor parte de la población mundial. El actual orden económico internacional representa un obstáculo serio para su consecución y para la implementación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La arquitectura financiera internacional no permite movilizar los fondos requeridos para lograr el desarrollo sostenible. Se requiere su reestructuración inmediata, basada en la equidad, la no discriminación y la lucha por el bien común.
Se debe garantizar una participación más activa y representativa de los países en desarrollo en los organismos financieros internacionales. Se precisa promover un mayor acceso de estos a la financiación multilateral sin los actuales costos que implica la fuerte condicionalidad en materia de políticas económicas.
Es preciso también un sistema financiero alternativo que permita avanzar hacia un proceso de desdolarización en la economía internacional, con el empleo de monedas nacionales de diversos países o nuevas divisas propias.
Se debe afrontar la crisis de deuda soberana con un enfoque coordinado y global; y no con acciones de corto plazo y limitadas. Las evaluaciones de la sostenibilidad de la deuda deben integrar de forma exhaustiva el desarrollo sostenible, las necesidades de financiación a largo plazo y las inversiones climáticas en la evaluación de cada país. Cuba apoya el establecimiento de un marco jurídico multilateral, transparente, equitativo e inclusivo para la negociación de la deuda soberana, que facilite la resolución oportuna y ordenada de las crisis de deuda.
En el contexto de la globalización, la cooperación internacional en temas tributarios es un imperativo para que los Estados puedan combatir la evasión y la elusión fiscal. El proceso de negociación intergubernamental abierto, inclusivo y transparente en curso para la conformación de una convención en materia tributaria es el espacio indicado para lograr la reforma necesaria en el tema.
La solidaridad y la cooperación internacional, la cooperación Sur-Sur y la integración económica son también esenciales para lograr el desarrollo sostenible, con atención y respeto a las distintas prioridades y planes nacionales.
Deben eliminarse las medidas coercitivas unilaterales contra naciones del Sur, en violación de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, que tienen un impacto directo y muy negativo sobre los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo.
Es necesario resolver el histórico incumplimiento de los compromisos de Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) por parte de la gran mayoría de países desarrollados, con medidas vinculantes y efectivas. La humanidad cuenta hoy con conocimientos, tecnologías y fondos suficientes para poner fin a la pobreza extrema, alcanzar un crecimiento económico sostenido e inclusivo, lograr el desarrollo social y proteger el medio ambiente.
El camino a la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo debe ser inclusivo y participativo, si queremos lograr el tan necesario cambio en la agenda de financiación para el desarrollo que demandan nuestros pueblos. Urge la movilización de la voluntad política de todos los actores, para tomar acciones precisas y eficaces, y garantizar verdaderos avances a fin de superar lo pactado en el Plan de Acción de Addis Abeba
Señora Presidenta:
Cuba respalda los mecanismos y procedimientos especiales de las Naciones Unidas encargados de promover el derecho al desarrollo. Tomamos nota de la documentación y los estudios producidos por el Mecanismo de Expertos, cuyo quehacer debe seguirse desarrollando en estricto apego al mandato otorgado por el Consejo de Derechos Humanos, mediante la resolución 42/23, y en consulta con los Estados.
Estamos convencidos de que el Mecanismo tiene aún mucho que aportar en la promoción y materialización del derecho al desarrollo.
Finalizo con un llamado a la acción. Urge redoblar esfuerzos en la promoción del derecho al desarrollo. En ese empeño, podrá siempre contarse con la voz y los esfuerzos de Cuba, tanto en capacidad nacional como en su rol de coordinador del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos del MNOAL, responsabilidad que nos honra profundamente y que asumimos con absoluta responsabilidad.
Muchas gracias.