Intervención de la Encargada de Negocios a.i. de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, Embajadora Daylenis Moreno Guerra en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre multilateralismo y solución pacífica de controversias.

Señor Presidente:

Apoyamos la declaración de la República Bolivariana de Venezuela, en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas.

Agradecemos a Paquistán por la convocatoria de este debate abierto, ante la peligrosa escalada de acciones bélicas en el escenario internacional que atentan contra la paz y el multilateralismo. El auge de las guerras y del intervencionismo, la imposición de agendas hegemónicas y de la diplomacia de la fuerza, los intentos de sustituir el Derecho Internacional por un difuso “orden basado en reglas”, la proliferación de medidas coercitivas unilaterales y los ataques preventivos contra Estados soberanos, exacerban los riesgos para la paz y la seguridad internacionales y erosionan progresivamente el multilateralismo.

Así lo evidencian las recientes agresiones de Israel contra Irán, con el respaldo del gobierno de los EE.UU., que perpetró bombardeos contra instalaciones nucleares iraníes, transgrediendo gravemente el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares. Estos ataques violan la obligación de los Estados a resolver los conflictos por la vía pacífica y no mediante el uso de la fuerza, refrendado en el Artículo 2 de la Carta.

Igualmente, la masacre indiscriminada de la población palestina por el ejército israelí, con la complicidad de la potencia estadounidense, y la inercia de la comunidad internacional ante ello, ponen al descubierto los desafíos que enfrenta el multilateralismo.

Cuba reitera su condena enérgica a estos hechos, y ratifica su solidaridad y apoyo al gobierno iraní y a su pueblo, así como a los hermanos palestinos, víctimas de un genocidio que debe cesar de inmediato.

Nada puede justificar tales acciones, que constituyen violaciones flagrantes de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional.

En vísperas del 80 aniversario de las Naciones Unidas, la humanidad necesita, más que nunca, del ejercicio genuino del multilateralismo, y de un compromiso firme y renovado con los propósitos y principios de la Carta de la Organización. No contribuyen a una coexistencia civilizada y pacífica entre las naciones, los bloqueos, ni las medidas coercitivas unilaterales, ni las listas arbitrarias sustentadas en criterios infundados, ni la persecución a la cooperación médica internacional, como ocurre en el caso de nuestro país.

En lugar de enfoques punitivos, deben privilegiarse el diálogo, la diplomacia, la cooperación, la solidaridad, la integración y los mecanismos de solución pacífica de controversias consagrados en la Carta de la ONU, incluidos la mediación y la negociación, con el consentimiento de las partes.

Para fomentar la paz, es preciso atender las causas raigales de los conflictos y sus antecedentes históricos. Cuba siempre estará a favor de las soluciones que, en correspondencia con el Capítulo VI de la Carta, garanticen la seguridad y soberanía de todos por igual, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.

El Consejo de Seguridad, cuya responsabilidad principal es el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, debe actuar sin dobles raseros, selectividad ni politización.

Debe promoverse una cultura de paz, sobre la base del respeto a las diferencias entre los sistemas políticos, económicos y sociales o los niveles de desarrollo de cada país. No tiene cabida el enfoque imperial que pretende imponer una supuesta “paz a través de la fuerza”.

A once años de la firma de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en La Habana en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), los países de nuestra región continúan comprometidos con la solución pacífica de controversias. Este documento mantiene su relevancia y vigencia y nos compele a respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la paz.

En virtud de ese compromiso, y en consonancia con su larga tradición de apego a la paz y al multilateralismo, Cuba continuará abogando de manera consistente por la construcción de un orden internacional verdaderamente justo, democrático y equitativo, en el que la soberanía y la libre determinación de todos los pueblos sean plenamente respetadas.

Muchas gracias.