Intervención de Mercedes de Armas García, Ministra Consejera, Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en la discusión general del tema 69 “Promoción y protección de los derechos del niño”.

Nueva York, 5 de octubre de 2023.

Señor Presidente,

Distinguido Embajador Alexander Marschik:

Es un imperativo que los niños, niñas y adolescentes crezcan en un ambiente propicio para el pleno desarrollo de su personalidad y de todo su potencial.  Hemos de hacer lo imposible por lograr ese objetivo.

Sr Presidente:

Estuve aquí como delegada de Tercera Comisión hace 25 años. Entonces debatíamos, nos escuchábamos unos a los otros, con respeto al derecho irrestricto de los Estados a la palabra, en virtud del principio de la igualdad soberana.

Sin, embargo, hoy somos testigos de que importa más el reloj que lo que tenemos que decir los Estados miembros como parte de nuestros esfuerzos por construir el mundo mejor que tanto necesitamos para las niñas y los niños de hoy y de mañana. Se coarta ese derecho, lo cual es muy lamentable. Albergamos la esperanza de que esta situación se corrija en un futuro no lejano y que volvamos a escucharnos y a debatir, sin que se apaguen los micrófonos, sin tener que mirar todo el tiempo al reloj, que por cierto, no camina igual para todos, sólo se detiene para los Estados Miembros.

Espero no ser interrumpida antes de concluir mi intervención.

Sr Presidente:

La situación de la niñez a escala global sigue siendo desoladora e inaceptable. Según UNICEF, 202 millones de niños menores de 5 años viven en situación de pobreza alimentaria grave; 45 millones menores de 5 años padecen emaciación; 67 millones no se beneficiaron de vacunación sistemática total o parcial y 48 millones no recibieron ninguna vacuna; y 64 millones en edad de asistir a la escuela primaria siguen sin escolarizarse.

Esta realidad, que es una consecuencia del injusto orden internacional, hipoteca el futuro. Su solución dependerá de que se fortalezca la voluntad política y la apuesta de todos los países, en particular los más ricos, por el multilateralismo, la cooperación internacional y la solidaridad.  

Desafortunadamente, se continúan imponiendo medidas coercitivas unilaterales contra países del Sur, con grave impacto sobre niños, niñas y adolescentes. Ningún infante o adolescente en mi país escapa a los dramáticos efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto ilegalmente a Cuba por los Estados Unidos durante más de 6 décadas, la forma más extrema de violencia contra los niños cubanos. Esta política de presión y hostilidad, viola la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, es el principal obstáculo a nuestro desarrollo, y afecta directamente los derechos y la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes en Cuba.

No es un ejercicio retórico. El bloqueo es real y tangible. Impide a mi país acceder a medicamentos, insumos, equipamiento y tecnologías avanzadas para salvar las vidas de infantes y adolescentes con padecimientos especiales, o para mejorar los indicadores de salud y asegurar o mejorar la calidad de vida de este grupo poblacional.

Sin embargo, el bloqueo no logra asfixiar la voluntad de mi país de alcanzar cada vez mejores resultados. A pesar del bloqueo, Cuba ha logrado innegables resultados en esta materia, reconocidos por UNICEF. A pesar del bloqueo, en Cuba los niños crecen felices.

Mi país está plenamente comprometido con los postulados de la Convención de los Derechos del Niño, y en 2022 presentamos nuestro informe periódico al Comité de los Derechos del Niño, ocasión en la que expusimos nuestros logros y desafíos.

El principio del interés superior del niño está debidamente integrado en la Constitución de 2019, demás leyes y en la práctica nacional.

Los indicadores de salud y educación de la infancia en Cuba se corresponden con los de países desarrollados. El 99.9% de los nacimientos ocurre en instituciones de salud. Cuba fue el primer país en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH y la sífilis congénita. Frente a la COVID-19, fuimos el primer país en desarrollar una campaña de inmunización en edades pediátricas, entre los dos y 18 años de edad, con vacunas propias. La tasa de alfabetización de la población entre 10 y 49 años es del 99,8%. El 100% de las niñas y niños con necesidades educativas especiales recibe dicha atención.

En Cuba, está proscrito por ley el trabajo infantil. Se han adoptado medidas efectivas para evitar que nuestros infantes se conviertan en víctimas de turismo sexual, trata de personas, servidumbre, tráfico ilícito de migrantes, venta de órganos o adopciones ilegales.

Mención especial merece el nuevo Código de las Familias, ratificado en referendo popular en 2022 con el voto afirmativo del 66,87% de los votantes. El código reconoce una amplia gama de derechos de la infancia y la adolescencia en el ámbito familiar, incluyendo el derecho a ser escuchados de acuerdo a su capacidad y autonomía progresiva y a participar en la toma de decisiones familiares que atañen a sus intereses.

Sin embargo, no estamos satisfechos y estamos decididos a continuar alcanzando resultados superiores. Para ello, el Parlamento cubano aprobó en julio de 2023 la Política de Atención Integral a la Niñez, Adolescencia y Juventudes, y su Plan de Acción 2023-2030.

Nada nos detendrá en la construcción de una sociedad cada vez más justa para todos. Lo haremos bajo la premisa del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, quien expresó que “para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”.

Muchas gracias