Señor presidente.
La Constitución de la República de Cuba, reconoce en varios artículos, el trabajo como un derecho fundamental. Establece que todas las personas reciben igual salario por igual trabajo, sin discriminación. Garantiza el derecho a la protección, seguridad e higiene del trabajo. Refrenda, además, que todas las personas en condición de trabajar tienen derecho a obtener un empleo digno.
La elevación del bienestar y la calidad de vida de las personas, son objetivos prioritarios de la sociedad socialista cubana y por ello, en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, define como uno de los ejes estratégicos, el de Desarrollo Humano, Equidad y Justicia Social, con una concepción de desarrollo integrador.
El programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, el Trabajo digno, la Prevención Social y Atención a las Vulnerabilidades; el racismo y la discriminación racial, constituyen pilares, para avanzar a escalas superiores de desarrollo humano, equidad y justicia social en la sociedad con acceso a la salud y la educación.
Con la implementación de estos programas, se han favorecido la aprobación de políticas públicas, que promueven el empoderamiento de las mujeres, el logro de una mayor integralidad y efectividad en la prevención y eliminación de manifestaciones de discriminación contra las mujeres y la protección de sus derechos y garantías laborales.
Por la relevancia para el progreso, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, incluye el área: Empoderamiento Económico, que promueve el desarrollo de alternativas territoriales, para mejorar y ampliar los servicios de cuidados, estableciendo el principio de la responsabilidad compartida entre el Estado, el sector no estatal, las comunidades y las familias.
Como parte del Programa de Trabajo Digno, se desarrolla en el país, el Proyecto Trabajo No Remunerado con el objetivo de contribuir a la distribución equitativa del trabajo, incluyendo el reconocimiento de su valor económico y social; la ampliación de los servicios, bienes e infraestructura de apoyo; para lo que se aprobó el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida.
Por otra parte, la aprobación del Protocolo de actuación ante situaciones de discriminación, violencia y acoso en el ámbito laboral, fortalece la protección de los derechos laborales de las mujeres, regula acciones que van desde la identificación de estas manifestaciones, su prevención, control, asistencia y capacitación en el espacio laboral.
Bajo el principio de no dejar a nadie atrás, Cuba ha ratificado su compromiso de continuar impulsando el desarrollo inclusivo de la sociedad, con equidad y justicia social.
¡Muchas gracias!