Intervención de Zonya Rivero López, Segunda Secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas en evento virtual “La destrucción del sistema sanitario en Palestina: Un salvavidas en peligro para mujeres y niñas”

Excelencias, estimados participantes, Hermanos palestinos,

Marzo debería ser un mes de celebración para las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, no es posible celebrar plenamente mientras nuestras hermanas palestinas continúan enfrentando cada día el rostro más cruel del genocidio y del Apartheid.

A pesar del acuerdo de cese al fuego en la Franja de Gaza, tan demandado por la amplia mayoría de la comunidad internacional, el pueblo palestino continúa siendo víctima de crímenes de guerra y lesa humanidad. Israel retoma sus bombardeos contra Gaza, con la complicidad del gobierno de Estados Unidos, de quien ha recibido apoyo financiero, político, militar y logístico para acometer semejantes actos de brutalidad e injusticia.

Durante los últimos 17 meses, el genocidio israelí contra el pueblo palestino ha provocado la muerte de más de 48.500 personas en la Franja de Gaza, entre ellas más de 12.200 mujeres y 17.800 niños; y más de 112.000 heridos. En la Franja de Gaza, el 70% de las víctimas son niños y mujeres. Estas cifras representan el dolor de niños huérfanos y madres que han perdido a sus hijos, el sufrimiento de familias desplazadas y hogares totalmente desintegrados.

En este contexto, la Potencia Ocupante niega, además, la entrada de la indispensable ayuda humanitaria a estos territorios, incluso en el mes sagrado del Ramadán. Rechazamos la prohibición por parte de Israel de las actividades de UNRWA en su territorio y de contactos con sus autoridades. La labor de UNRWA es esencial para garantizar la llegada de asistencia humanitaria a quienes lo necesitan desesperadamente, entre ellos las mujeres y niñas palestinas.

Las pretensiones expansionistas de Israel de apoderarse de Gaza, con la complicidad declarada del Gobierno de los Estados Unidos, no extinguirán el legítimo anhelo de miles de mujeres palestinas de ejercer su derecho a la libre determinación, a vivir en paz en la tierra que les pertenece y a disponer de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, que garantice igualmente el derecho al retorno de los refugiados.

Debe cesar la impunidad de Israel, cuyos crímenes han provocado la destrucción de viviendas, escuelas e infraestructura civil; así como la privación de los servicios de agua, alimentos y electricidad, acciones que constituyen graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario. Israel ha obstaculizado, también, el pleno disfrute de los derechos humanos de las mujeres palestinas, quienes han sido víctimas de inanición sistemática, desplazamiento forzoso, violencia; y han padecido los efectos de la crisis sanitaria y el acceso limitado a servicios vitales.

Los daños ocasionados a hospitales y centros de salud, incluidas las ambulancias, han sido devastadores y han obstaculizado el acceso de las personas, entre ellas las mujeres, a servicios sanitarios esenciales. A ello se añaden los ataques contra el personal sanitario, tan necesario en estos momentos. 1.068 hombres y mujeres del personal médico han perdido su vida a lo largo de estos meses.    

A nuestras hermanas palestinas enviamos nuestro firme mensaje de inquebrantable solidaridad y profunda admiración por su digna resistencia.

¡Cuenten con nuestro invariable apoyo a su legítima causa!

Muchas gracias.