Intervención del Embajador Ernesto Soberón Guzmán, en actividad de solidaridad con Cuba en la sede de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas

Estimados amigas y amigos:

Les reitero la bienvenida a la Misión de Cuba ante la ONU, la casa de todos ustedes en Nueva York. Es un honor y un placer para nosotros acoger este encuentro en vísperas de la Conferencia Internacional de Normalización entre Estados Unidos y Cuba, que como se ha mencionado, sesionará en esta ciudad los días 15 y 16 de marzo, organizada por el Movimiento de Solidaridad con nuestro país.

Es un privilegio también que esta actividad se realice con la presencia de la delegación cubana que asiste a la “Sexagésima Novena Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Naciones Unidas”, integrada por miembros de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), incluida su Segunda Secretaria, Zonya Rivero López, la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Agradecemos profundamente la presencia de representantes del Movimiento de Solidaridad con Cuba. Les transmitimos un cálido saludo de gratitud por su incansable apoyo a Cuba. Su solidaridad es un faro que ilumina nuestra lucha y nos fortalece en estos tiempos difíciles.

Hoy más que nunca, el apoyo que recibimos de ustedes cobra un significado especial. Cuba enfrenta un asedio sin precedentes.

Como todos conocen, el Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó nuevamente a Cuba, sin fundamento alguno, en su unilateral y arbitraria lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo. Esta calumnia, no solo es injusta, sino que también refuerza el bloqueo económico, comercial y financiero que, por más de seis décadas, ha intentado asfixiar a nuestro pueblo.

El daño humano de este bloqueo es incalculable. Ninguna familia cubana escapa a sus efectos. Esta política inhumana constituye una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos de nuestro pueblo y es el principal obstáculo para el desarrollo económico y social del país. Ello no solo es ilegal e inmoral, sino que también ignora las 32 resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que exigen el fin del bloqueo.

Con la actual administración estadounidense, los desafíos que enfrentamos se acrecientan. La política agresiva del nuevo equipo de política exterior de los Estados Unidos hacia Cuba es pública y notoria.

El gobierno de los Estados Unidos pretende continuar creando nuevas y mayores dificultades a nuestra economía, como medida de presión que conforma, entre otras acciones, la llamada estrategia de “cambio de régimen” contra nuestro país.

Al propio tiempo, el gobierno estadounidense continúa usurpando el territorio que ilegalmente ocupa la Base Naval en la provincia cubana de Guantánamo, en contra de la voluntad de nuestro pueblo y a pesar de los reiterados llamados al cierre de este enclave por numerosas voces de la comunidad internacional, incluidos ciudadanos estadounidenses. 

Sin el menor atisbo de humanidad, Marco Rubio ha anunciado también la suspensión de visas asociadas a acuerdos de cooperación médica internacional de Cuba, lo que afectaría los servicios de salud de millones de personas en el mundo. Como expresión del odio enfermizo hacia Cuba, se niegan, además, visas a deportistas cubanos para participar en eventos internacionales que tienen lugar en territorio estadounidense.

Todo ello se corresponde con la trayectoria del nuevo Secretario de Estado, quien ha hecho de la política de confrontación con Cuba un modo de vida. Su guía son la ambición hegemónica, la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto. Sus actos contra Cuba muestran impotencia ante el respeto, la simpatía y el apoyo que concita la Revolución cubana entre los pueblos del mundo, desprecian la verdad y confirman la falta de legitimidad, ética, consistencia y razón del accionar de Estados Unidos hacia nuestro país.

A pesar de la política agresiva contra Cuba, nuestro pueblo ha demostrado una resiliencia extraordinaria. Como nos enseñó Fidel, no cederemos jamás ante calumnias y presiones. Nada ni nadie doblegará la determinación del pueblo cubano de seguir su rumbo socialista y defender su libertad, independencia y soberanía, sin injerencia extranjera.

Sabemos que, en nuestra batalla por la justicia, contamos con el apoyo de amigos como ustedes, que han sido infatigables defensores del levantamiento del bloqueo y del derecho de nuestro pueblo a vivir en paz, con respeto y a decidir su propio destino.

¡Viva el Movimiento de Solidaridad con Cuba en los Estados Unidos!
¡Vivan la Revolución Cubana y su pueblo!
¡Hasta la victoria siempre!

Muchas gracias.